Vast: El reto de construir la primera estación espacial comercial y el futuro de la vida en órbita

El sector espacial atraviesa una auténtica revolución con la entrada de empresas privadas que buscan conquistar dominios tradicionalmente reservados a las agencias estatales. Entre los actores más prometedores destaca Vast, una compañía emergente con sede en Long Beach, California, que aspira a ser pionera en la construcción y explotación de la primera estación espacial comercial de la historia. Su CEO, Max Haot, ha compartido recientemente la visión y los ambiciosos planes de la empresa, que marcan un antes y un después en la carrera por mantener una presencia humana sostenible en el espacio.
Un nuevo jugador en la órbita baja
Fundada en 2021, Vast ha irrumpido en el ecosistema espacial con el objetivo de desarrollar infraestructuras orbitales de alta tecnología. Su meta principal es el lanzamiento y operación de estaciones espaciales privadas, un mercado que se está abriendo a raíz del anunciado fin de la Estación Espacial Internacional (ISS) previsto para finales de esta década. En palabras de Max Haot, la compañía busca “asegurar que la humanidad disponga de un hogar permanente en el espacio, con acceso abierto para gobiernos, empresas y particulares”.
El proyecto estrella de Vast es Haven-1, una estación espacial modular que promete autonomía operativa y capacidad para albergar misiones comerciales, científicas y turísticas. El diseño contempla un cilindro presurizado de unos 10 metros de longitud y 4 metros de diámetro, capaz de alojar hasta cuatro tripulantes durante estancias superiores a un mes. Haven-1 contará con sistemas de reciclaje ambiental, generación de energía solar y comunicaciones de alta velocidad, tomando como referencia los avances logrados en la ISS pero optimizados para su explotación privada.
Colaboraciones estratégicas y el papel de SpaceX
Para hacer realidad sus planes, Vast ha tejido alianzas clave con empresas líderes del sector. Uno de los socios principales es SpaceX, que aportará su experiencia en lanzamientos orbitales y transporte tripulado. Está previsto que el primer módulo Haven-1 sea lanzado a bordo de un cohete Falcon 9 no antes de 2025, y que la cápsula Crew Dragon de SpaceX se encargue de llevar a los astronautas comerciales hasta la estación.
Esta colaboración refleja una tendencia creciente en la industria espacial: la sinergia entre empresas emergentes y gigantes consolidados, como la propia SpaceX de Elon Musk o Blue Origin de Jeff Bezos. Ambas, junto a Boeing y otras firmas, están compitiendo por ocupar el vacío que dejará la ISS y liderar la próxima generación de infraestructuras orbitales.
El contexto internacional y el auge de la New Space
El auge de compañías como Vast no puede entenderse sin el contexto de la llamada “New Space”, la nueva era espacial caracterizada por la democratización del acceso al cosmos y la irrupción de capital privado. Mientras la NASA, la ESA o Roscosmos han liderado la exploración durante décadas, ahora son empresas privadas las que marcan el ritmo de la innovación.
En Europa, empresas como PLD Space, con sede en Elche (España), se han sumado al desafío. PLD Space ha efectuado recientemente el exitoso lanzamiento de su cohete Miura 1, convirtiéndose en la primera empresa europea en lograrlo con un vehículo propio. Esta hazaña ha situado a España en el mapa de la industria aeroespacial comercial, y augura una futura colaboración con otras entidades para el desarrollo de plataformas orbitales y servicios de lanzamiento.
Por su parte, Blue Origin avanza en el desarrollo de su estación Orbital Reef, mientras que Virgin Galactic continúa con sus vuelos suborbitales turísticos a bordo del SpaceShipTwo, ampliando las fronteras de la presencia humana en el espacio.
Perspectivas de futuro: turismo, microgravedad y exploración
La estación Haven-1 de Vast no solo se concibe como un laboratorio científico, sino también como un destino para el turismo espacial y la experimentación en microgravedad. Las posibilidades son inmensas: desde estudios biomédicos hasta pruebas de nuevas tecnologías, pasando por la fabricación de materiales avanzados en condiciones imposibles de recrear en la Tierra.
El futuro de la vida humana en el espacio pasa por el éxito de estas iniciativas privadas. La competencia entre agencias públicas y empresas comerciales está acelerando el desarrollo de nuevas tecnologías, abaratando costes y abriendo el espacio a un abanico cada vez más amplio de actores.
En paralelo, la exploración de exoplanetas y el perfeccionamiento de telescopios espaciales como el James Webb auguran una época dorada para la ciencia, con descubrimientos que podrían cambiar para siempre la comprensión de nuestro lugar en el universo.
El reto de mantener una presencia humana continua y sostenible en órbita ya no es solo una cuestión de ciencia ficción, sino un objetivo tangible y cada vez más cercano gracias a empresas como Vast y sus socios. El espacio, antaño dominio exclusivo de las grandes agencias, se convierte ahora en un entorno de oportunidades ilimitadas para la humanidad.
(Fuente: SpaceNews)
