Viasat refuerza su apuesta por el sector militar con satélites personalizados para Defensa
La firma estadounidense Viasat, conocida mundialmente por su liderazgo en servicios de banda ancha por satélite, ha anunciado una ambiciosa estrategia para expandir su actividad hacia el competitivo mercado de satélites militares estadounidenses. Mediante el desarrollo de soluciones espaciales a medida, la compañía busca convertirse en un socio tecnológico clave para el Departamento de Defensa de Estados Unidos, en un contexto de creciente demanda de comunicaciones seguras, resilientes y adaptadas a las necesidades de los ejércitos modernos.
El giro de Viasat hacia el sector militar no es casual, sino una evolución natural de su experiencia previa en el ámbito civil y gubernamental. Hasta la fecha, Viasat ha desplegado varias generaciones de satélites geoestacionarios de alto rendimiento, como la familia ViaSat-1, ViaSat-2 y el reciente ViaSat-3, destinados principalmente a ofrecer conectividad de banda ancha tanto a clientes residenciales como a empresas y aviones comerciales. Sin embargo, el panorama actual está marcado por la transformación digital de las fuerzas armadas y la necesidad de sistemas de comunicación más ágiles y resistentes a ciberataques y a la guerra electrónica.
Para ello, Viasat ha iniciado el desarrollo de una nueva línea de satélites específicamente diseñados para aplicaciones militares, que combinan la flexibilidad de los satélites comerciales con los exigentes estándares de seguridad y fiabilidad requeridos por el Pentágono. Según fuentes de la compañía, estos satélites podrán operar en diferentes órbitas —incluyendo la órbita terrestre baja (LEO), media (MEO) y geoestacionaria (GEO)—, lo que permitirá una cobertura global y una rápida adaptación a escenarios cambiantes en el teatro de operaciones.
El anuncio de Viasat se produce en un momento de intensa competencia en el sector de la defensa espacial, donde empresas como SpaceX, con su división Starlink, Blue Origin y gigantes tradicionales como Lockheed Martin y Northrop Grumman, pugnan por contratos millonarios para dotar al ejército estadounidense de capacidades avanzadas de comunicación, navegación y observación. El propio Elon Musk ha subrayado en varias ocasiones la importancia estratégica de las megaconstelaciones de satélites, no solo para el acceso civil a Internet, sino también como infraestructura crítica en situaciones de conflicto.
En este sentido, Viasat apuesta por sistemas de comunicación altamente configurables, con capacidad de redireccionamiento dinámico de haces, encriptación de última generación y resistencia a interferencias y ataques de denegación de servicio. Además, la compañía estudia la integración de inteligencia artificial y aprendizaje automático para optimizar el uso del espectro y garantizar la continuidad de las operaciones en entornos hostiles.
La historia reciente de la industria espacial muestra una tendencia clara hacia la colaboración público-privada, especialmente en Estados Unidos, donde la NASA y el Departamento de Defensa han delegado en empresas privadas el desarrollo y operación de una parte creciente de sus infraestructuras. Proyectos como el Programa de Transporte Espacial de la Fuerza Espacial estadounidense o el sistema de satélites GPS de nueva generación reflejan la confianza depositada en la innovación del sector privado para mantener la superioridad tecnológica de Occidente frente a competidores como China y Rusia.
A nivel internacional, iniciativas similares están surgiendo en Europa, donde la Agencia Espacial Europea (ESA) y empresas como Airbus Defence and Space colaboran en el desarrollo de constelaciones militares como GovSatCom y el futuro IRIS². En España, firmas como PLD Space avanzan en tecnologías de lanzamiento reutilizable, un elemento clave para el despliegue rápido y seguro de satélites en caso de crisis.
La apuesta de Viasat por el sector militar también responde al auge de los llamados «small sats» o satélites pequeños, que permiten desplegar capacidades de comunicación o inteligencia de forma mucho más rápida, económica y difícil de detectar o neutralizar por parte de adversarios. La proliferación de exoplanetas y el aumento de la exploración espacial han impulsado la necesidad de infraestructuras de comunicación robustas y seguras, donde las empresas privadas desempeñan un papel cada vez más protagonista.
Por su parte, la NASA continúa diversificando sus alianzas con compañías como SpaceX y Blue Origin, no solo para misiones tripuladas y de carga a la Estación Espacial Internacional, sino también para el desarrollo de tecnologías de comunicaciones avanzadas que puedan ser reutilizadas en entornos militares y de seguridad nacional.
Con esta nueva estrategia, Viasat aspira a posicionarse como un actor clave en el ecosistema de defensa espacial estadounidense. Su capacidad para combinar la experiencia en banda ancha comercial con las exigencias del sector militar podría marcar la diferencia en un mercado donde la innovación y la seguridad son factores determinantes.
En definitiva, la entrada de Viasat en el mercado de satélites militares confirma el dinamismo de la industria espacial actual y anticipa una nueva era de colaboración entre empresas tecnológicas y ejércitos de todo el mundo, en la que la superioridad en el espacio será cada vez más sinónimo de seguridad en la Tierra.
(Fuente: SpaceNews)