Zeno Power asegura el suministro clave de americio-241 para baterías nucleares espaciales

La carrera por la exploración espacial de larga duración ha dado un paso decisivo con el reciente acuerdo multimillonario entre la startup estadounidense Zeno Power y la empresa francesa Orano, uno de los mayores recicladores nucleares del mundo. Este contrato garantiza a Zeno Power un suministro estable de americio-241, un isótopo radiactivo esencial para la próxima generación de baterías nucleares diseñadas para alimentar misiones espaciales en entornos extremos y durante largos periodos de tiempo.
El americio-241 es conocido principalmente por su uso en detectores de humo domésticos, pero en el ámbito aeroespacial está adquiriendo un valor estratégico. Este isótopo es capaz de generar calor a través de su desintegración radiactiva, energía que puede transformarse en electricidad mediante generadores termoeléctricos de radioisótopos (RTG, por sus siglas en inglés). Los RTG han sido la columna vertebral de misiones históricas como las sondas Voyager, Cassini o el rover Curiosity de la NASA, aunque tradicionalmente han utilizado plutonio-238, un material costoso y difícil de obtener.
En los últimos años, la escasez de plutonio-238 ha impulsado la búsqueda de alternativas, y ahí es donde entra en juego el americio-241. Orano, con décadas de experiencia en el reprocesado de combustible nuclear, está en una posición única para extraer y purificar este isótopo a partir de residuos nucleares, transformando un subproducto de la industria en un insumo de alto valor para la exploración espacial.
Zeno Power, fundada en Tennessee en 2018, se ha posicionado rápidamente como referente en sistemas de energía de larga duración para el espacio y entornos remotos de la Tierra. Su tecnología basada en americio-241 promete superar algunas de las limitaciones de los RTG convencionales, ofreciendo no solo mayor disponibilidad del combustible, sino también una vida útil prolongada y costes potencialmente más bajos. Este avance podría ser crucial para futuras misiones a la Luna, Marte y más allá, donde la energía solar resulta insuficiente debido a la lejanía del Sol o la presencia prolongada de oscuridad.
En el contexto internacional, la apuesta por nuevas fuentes de energía nuclear espacial llega en un momento de intensa actividad. La NASA ha multiplicado sus esfuerzos para asegurar el suministro de plutonio-238, mientras que la ESA (Agencia Espacial Europea) también ha anunciado proyectos para desarrollar generadores basados en americio-241, especialmente tras la colaboración con el Reino Unido en los últimos años. Empresas privadas como SpaceX y Blue Origin, aunque centradas en el desarrollo de cohetes y vehículos espaciales reutilizables, observan con interés estos avances, conscientes de que la autonomía energética será decisiva para establecer bases permanentes fuera de la Tierra.
Por su parte, la española PLD Space sigue avanzando en el sector de los lanzadores reutilizables, mientras que Virgin Galactic explora el turismo suborbital, ambas iniciativas que, en un futuro, podrían beneficiarse indirectamente de la maduración de estas tecnologías nucleares, ya sea para sondas científicas o para dar soporte a infraestructuras en regiones donde la energía solar no sea viable.
El desarrollo de baterías nucleares de larga duración también cobra relevancia en el ámbito de la exploración de exoplanetas. Las misiones planificadas para estudiar mundos lejanos, como las futuras sondas que podrían enviar la NASA o la ESA a las lunas heladas de Júpiter y Saturno, requieren fuentes de energía robustas y fiables para operar instrumentos científicos a lo largo de años, en condiciones de frío extremo y ausencia de luz solar.
El acuerdo entre Zeno Power y Orano representa un ejemplo paradigmático de cómo la cooperación internacional y la innovación tecnológica están remodelando el futuro de la exploración espacial. Con la garantía de un suministro seguro de americio-241, la startup estadounidense podrá acelerar el desarrollo y la producción de sus baterías nucleares, contribuyendo a la autonomía energética en el espacio y abriendo la puerta a nuevas misiones que hasta ahora eran inviables.
En definitiva, la disponibilidad de americio-241 podría marcar un antes y un después en la manera en que planificamos y ejecutamos misiones de larga duración en el espacio profundo, consolidando un futuro donde la energía nuclear seguirá siendo un pilar imprescindible de la aventura espacial.
(Fuente: SpaceNews)

 
							 
							