Rocket Lab pospone el debut de su cohete reutilizable Neutron hasta 2026 para garantizar el éxito

Rocket Lab, la compañía aeroespacial neozelandesa-estadounidense conocida por sus lanzadores ligeros Electron, ha anunciado un nuevo retraso en el primer vuelo de su esperado cohete reutilizable Neutron. La empresa, que inicialmente preveía lanzar el Neutron por primera vez en 2024, había aplazado el debut a 2025, y ahora confirma que la ventana inaugural se desplaza a algún momento de 2026. Esta decisión, según portavoces de Rocket Lab, responde a la voluntad de maximizar las probabilidades de éxito en el estreno de un vehículo que aspira a competir directamente con los Falcon 9 de SpaceX y los futuros lanzadores pesados de Blue Origin y otras empresas privadas.
El Neutron es una pieza clave en los planes de expansión de Rocket Lab. Frente al Electron, que es capaz de colocar cargas útiles de hasta 300 kg en órbita baja terrestre y que ha sido empleado con éxito para misiones comerciales y gubernamentales, el Neutron está diseñado para transportar hasta 13 toneladas en LEO y alrededor de 8 toneladas en misiones a órbitas geoestacionarias. Uno de los aspectos más revolucionarios del Neutron es su diseño completamente reutilizable: tanto la primera como la segunda etapa están pensadas para ser recuperadas y relanzadas, siguiendo la estela de los Falcon 9 de SpaceX, pero con soluciones técnicas propias como el uso de una estructura “monocoque” de fibra de carbono y un tren de aterrizaje integrado en la base del cohete.
Según Rocket Lab, la decisión de retrasar el vuelo inaugural se produce tras una revisión exhaustiva del desarrollo del vehículo y de sus sistemas asociados. La empresa ha destacado que la complejidad de introducir un nuevo lanzador reutilizable en el mercado, así como los desafíos técnicos inherentes a la integración de los nuevos motores Archimedes (de metano y oxígeno líquido), justifican un calendario más prudente. «Queremos asegurarnos de que el primer vuelo de Neutron no solo sea un éxito, sino que siente las bases para una nueva era de lanzamientos frecuentes y económicos», ha declarado Peter Beck, CEO y fundador de Rocket Lab.
Este movimiento se produce en un contexto de creciente competencia en el sector de los lanzadores medianos y pesados. SpaceX continúa consolidándose como líder indiscutible gracias a la fiabilidad y frecuencia de sus vuelos con la familia Falcon, mientras que Blue Origin avanza en el desarrollo de su New Glenn, que también será reutilizable y podría debutar en 2025. En Europa, empresas como PLD Space en España han marcado hitos recientes con el lanzamiento del MIURA 1, y trabajan en el desarrollo del MIURA 5, que aspira a cubrir el nicho de lanzadores pequeños y medianos. Virgin Galactic, por su parte, sigue apostando por el turismo suborbital, aunque con un calendario menos ambicioso en cuanto a lanzamientos orbitales.
A nivel institucional, la NASA mantiene una agenda intensa con el programa Artemis y la exploración de exoplanetas mediante telescopios espaciales como el James Webb, mientras que la ESA y otras agencias públicas exploran nuevas colaboraciones comerciales para reducir costes y aumentar la frecuencia de acceso al espacio. En este sentido, la entrada de nuevos vectores reutilizables como el Neutron podría alterar significativamente el equilibrio del mercado, ofreciendo alternativas más sostenibles y económicas tanto para misiones gubernamentales como para la constelación de satélites privados, incluidas las plataformas de internet global como Starlink (SpaceX) o Kuiper (Amazon/Blue Origin).
Rocket Lab ha invertido en los últimos años en infraestructuras para soportar este salto cualitativo. La construcción de una nueva fábrica y centro de integración en Virginia, Estados Unidos, así como la adaptación de la plataforma de lanzamiento LC-2 en Wallops Island, son pasos clave para garantizar la producción en serie y la recuperación eficiente de los cohetes. La empresa asegura que aprovechará el tiempo adicional para realizar pruebas exhaustivas en tierra, ensayos de motores y validaciones estructurales, minimizando así los riesgos de fallo en vuelo y maximizando las posibilidades de reutilización efectiva tras cada misión.
El retraso, aunque puede suponer una desventaja temporal respecto a sus competidores, refleja una tendencia común en la industria espacial privada: la preferencia por la cautela técnica frente a la presión comercial. Los recientes incidentes de fallos en lanzamientos de otras compañías han puesto de manifiesto la necesidad de extremar las precauciones en las fases críticas de desarrollo, especialmente cuando se trata de sistemas reutilizables que deben soportar múltiples ciclos de vuelo y recuperación.
Con este anuncio, Rocket Lab reafirma su compromiso con la innovación y la fiabilidad, elementos que serán esenciales en la próxima década, marcada por la proliferación de satélites, misiones científicas y la ambición de reducir el coste de acceso al espacio. El debut del Neutron en 2026 será, si todo va según lo previsto, un hito más en la transición hacia una industria espacial cada vez más sostenible y competitiva a nivel global.
(Fuente: SpaceNews)
