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Satelites chinos se preparan para un acoplamiento en GEO bajo la atenta mirada de EEUU

Satelites chinos se preparan para un acoplamiento en GEO bajo la atenta mirada de EEUU

En un acontecimiento que ha captado la atención de la comunidad internacional, dos satélites chinos de la serie Shijian están ejecutando maniobras en la órbita geoestacionaria (GEO) que sugieren preparativos para una compleja operación de encuentro y acoplamiento. Este posible ensayo de reabastecimiento orbital representa no solo un hito tecnológico para el programa espacial de China, sino que también se desarrolla bajo la atenta observación de satélites estadounidenses cercanos, lo que añade un matiz geopolítico significativo a la misión.

Los satélites implicados, identificados como Shijian-21 y Shijian-23, han realizado recientemente ajustes de posición cuidadosamente sincronizados, aproximándose uno al otro a velocidades controladas y distancias medidas en decenas de kilómetros. Estas maniobras, detectadas y analizadas por rastreadores orbitales independientes y medios de vigilancia estadounidenses, recuerdan a los ejercicios de encuentro autónomo y acoplamiento que China ha realizado previamente en órbitas bajas, pero que hasta ahora no se habían observado en la exigente órbita geoestacionaria, situada a unos 36.000 kilómetros de la superficie terrestre.

La órbita GEO es una región estratégica, ya que desde ella los satélites pueden mantener una posición fija relativa sobre la Tierra, lo que es esencial para telecomunicaciones, meteorología y vigilancia. Sin embargo, la complejidad técnica de realizar maniobras de acercamiento y acoplamiento en este entorno es considerablemente mayor que en órbitas más bajas, debido a la velocidad orbital y a la necesidad de una precisión extrema para evitar colisiones y minimizar el consumo de combustible.

China ya ha demostrado su capacidad para operaciones de acoplamiento autónomo en el marco de su programa de la estación espacial Tiangong y con misiones anteriores de la serie Shijian en órbitas más bajas. No obstante, esta sería la primera vez que se intenta una maniobra similar en GEO, lo que podría abrir la puerta a servicios de mantenimiento, reparación y reabastecimiento de satélites en una de las órbitas más valiosas y congestionadas del planeta.

La naturaleza exacta de la misión no ha sido confirmada públicamente por la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA), pero analistas internacionales sugieren que el objetivo inmediato podría ser una prueba de transferencia de combustible entre los dos satélites. Este tipo de tecnología permitirá en el futuro alargar la vida útil de satélites comerciales y gubernamentales, así como retirar de forma segura aquellos que hayan agotado sus reservas de propelente, contribuyendo así a la sostenibilidad del entorno espacial.

El interés de EE UU en esta operación no es casual. El rastreo ha detectado la presencia de uno o más satélites de vigilancia estadounidenses, probablemente de la serie GSSAP (Geosynchronous Space Situational Awareness Program), en las proximidades de los satélites chinos. Estos satélites están diseñados precisamente para observar y caracterizar la actividad de otras naves en GEO, ofreciendo a la Fuerza Espacial de EE UU información crítica sobre posibles amenazas o avances tecnológicos de otras potencias espaciales. La presencia de estos satélites estadounidenses en las inmediaciones subraya el creciente interés por las capacidades de servicio y maniobra en GEO, consideradas clave tanto para la defensa como para la economía espacial global.

Este episodio recuerda la competencia tecnológica y estratégica que ha marcado la exploración espacial desde sus inicios. Si bien la carrera espacial de mediados del siglo XX estuvo protagonizada por Estados Unidos y la Unión Soviética, el panorama actual es mucho más plural, con la participación destacada de China, India, Japón, la Agencia Espacial Europea y una multitud de empresas privadas como SpaceX, Blue Origin, Virgin Galactic o la española PLD Space, que recientemente ha realizado ensayos exitosos de lanzadores reutilizables.

Mientras SpaceX sigue marcando hitos en lanzamientos y desarrollo de la nave Starship, y la NASA avanza en su programa Artemis para el regreso a la Luna, la actividad china en GEO revela el interés de las potencias por dominar todas las facetas del empleo espacial. Asimismo, los progresos en tecnologías de servicio y reparación orbital, incluidos los de empresas estadounidenses como Northrop Grumman con sus satélites MEV (Mission Extension Vehicle), anticipan una nueva era en la que la infraestructura espacial será más flexible y sostenible.

La operación de los Shijian, de confirmarse como un acoplamiento y transferencia de combustible, situaría a China en la vanguardia de esta tecnología, acelerando la competencia global por el dominio del espacio cercano a la Tierra. Todo ello sucede, además, mientras aumenta el interés por la exploración de exoplanetas y el desarrollo comercial de vuelos suborbitales, áreas en las que participan tanto agencias públicas como empresas privadas.

En conclusión, el encuentro entre los satélites chinos bajo la vigilancia de Estados Unidos no solo es un testimonio del avance tecnológico, sino también del delicado equilibrio estratégico en la órbita más codiciada. El desenlace de esta operación podría marcar un punto de inflexión en la gestión y explotación del espacio geostacionario en los próximos años. (Fuente: SpaceNews)