Rocket Lab acelera el desarrollo de Neutron: la nueva apuesta para competir con SpaceX

En la industria aeroespacial, la competencia por liderar los lanzamientos orbitales se intensifica con la llegada de nuevos actores y vehículos cada vez más avanzados. Rocket Lab, la empresa neozelandesa-estadounidense dirigida por Peter Beck, se prepara para dar un importante salto adelante con su cohete Neutron, un lanzador de clase media que pretende rivalizar directamente con el Falcon 9 de SpaceX y posicionarse como una alternativa robusta para misiones comerciales y gubernamentales.
Neutron: el salto cualitativo de Rocket Lab
Hasta la fecha, Rocket Lab es conocida principalmente por su lanzador ligero Electron, especializado en poner en órbita pequeños satélites y cargas útiles de hasta 300 kilogramos. Sin embargo, la compañía ha puesto en marcha una ambiciosa estrategia de expansión con el desarrollo de Neutron, un cohete de mayor capacidad capaz de transportar hasta 13 toneladas a la órbita baja terrestre (LEO) en su versión reutilizable, y hasta 15 toneladas en la desechable. Este salto supone multiplicar por más de cuarenta la capacidad de Electron, permitiendo a Rocket Lab competir en nuevos segmentos de mercado frente a pesos pesados como SpaceX, Blue Origin y United Launch Alliance.
Peter Beck, CEO y fundador de Rocket Lab, ha compartido recientemente detalles sobre el estado de desarrollo de Neutron y el calendario previsto para su vuelo inaugural. El objetivo es claro: realizar el primer lanzamiento antes de que termine el año, un reto que implica acelerar los procesos de fabricación, integración y pruebas de los nuevos sistemas.
Diseño innovador y enfoque en la reutilización
El Neutron se distingue de otros lanzadores de su clase por varias decisiones de diseño innovadoras. Empezando por su estructura principal, fabricada en materiales compuestos de carbono, que permiten aligerar el peso del vehículo sin sacrificar la resistencia estructural. A diferencia de los cohetes convencionales, que suelen emplear aleaciones metálicas, Rocket Lab apuesta por la fibra de carbono para maximizar la eficiencia y la reutilización.
Uno de los aspectos más llamativos del Neutron es su sistema de recuperación. Inspirado en el éxito de SpaceX con los aterrizajes verticales del Falcon 9, Rocket Lab ha optado por una arquitectura de primera etapa reutilizable que aterrizará de manera vertical sobre una plataforma situada cerca del complejo de lanzamiento. La empresa ha diseñado unas innovadoras “mandíbulas” en la parte superior de la primera etapa, que se abren al separar la segunda etapa y se cierran para proteger los motores durante el regreso a la Tierra.
El motor Archimedes: clave de la nueva generación
Para propulsar el Neutron, Rocket Lab ha desarrollado el motor Archimedes, una pieza central en la estrategia de la empresa. Este motor, alimentado por metano líquido y oxígeno líquido (una combinación elegida por sus ventajas en eficiencia y reducción de residuos de carbono), será capaz de ofrecer un empuje similar al motor BE-4 de Blue Origin y al Raptor de SpaceX, con una arquitectura de ciclo cerrado que maximiza el rendimiento.
La elección del metano como combustible es una tendencia creciente en la industria, ya que facilita la reutilización y reduce los costes de mantenimiento entre vuelos. Archimedes también incorporará sistemas de impresión 3D para la producción de componentes críticos, siguiendo la senda de innovación tecnológica que caracteriza a Rocket Lab.
Competencia global y contexto histórico
El lanzamiento del Neutron situará a Rocket Lab en una posición privilegiada para captar contratos tanto comerciales como institucionales. La demanda de satélites de comunicaciones, constelaciones de observación terrestre y misiones gubernamentales hace que el segmento de lanzadores medios sea uno de los más disputados del sector.
En este contexto, el liderazgo actual de SpaceX con su Falcon 9 es indiscutible, pero la llegada de nuevos competidores como Neutron, Vulcan Centaur (ULA) y los futuros proyectos de Blue Origin prometen diversificar la oferta y abrir nuevas oportunidades para misiones de mayor envergadura. En Europa, empresas como PLD Space también avanzan en el desarrollo de lanzadores reutilizables, como Miura 5, aunque todavía en una escala inferior a la de Neutron.
Por su parte, la NASA sigue confiando en los servicios comerciales para lanzamientos de carga y tripulación, mientras que el sector privado explora el desarrollo de nuevos sistemas de propulsión y arquitecturas de cohetes, con la mirada puesta en la exploración lunar y el despliegue de megaconstelaciones de satélites.
Perspectivas y próximos hitos
El primer vuelo de Neutron supondrá una prueba crítica para Rocket Lab. Si la misión resulta exitosa, la compañía podría establecerse como la referencia en lanzadores medianos reutilizables y abrir la puerta a contratos multimillonarios con clientes de todo el mundo. Además, el aprendizaje obtenido servirá para afinar la tecnología de recuperación e impulsar futuros desarrollos, en línea con la tendencia de sostenibilidad y reducción de costes que marca el sector.
Con la vista puesta en la segunda mitad del año, Peter Beck y su equipo trabajan contrarreloj para ultimar los detalles del cohete, validar los sistemas de propulsión y asegurar la fiabilidad de la recuperación. El éxito de Neutron marcará un punto de inflexión en la historia de Rocket Lab y en la competencia global por el acceso al espacio.
(Fuente: NASASpaceflight)
