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SpaceX buscará batir récords con su aterrizaje número 470 de un cohete Falcon

SpaceX buscará batir récords con su aterrizaje número 470 de un cohete Falcon

SpaceX se prepara para escribir un nuevo capítulo en la historia de la reutilización espacial este sábado, 28 de junio, con el lanzamiento de la misión Starlink 15-7. Si todo sale según lo previsto, la compañía liderada por Elon Musk intentará el aterrizaje exitoso número 470 de un propulsor Falcon, consolidando aún más su liderazgo en la industria de lanzamientos comerciales y la reutilización de cohetes orbitales.

La ventana de lanzamiento está programada para las 19:13 (hora peninsular española), desde la plataforma 4E de la Base de la Fuerza Espacial de Vandenberg, ubicada en la costa oeste de California. El Falcon 9 despegará con una nueva tanda de satélites Starlink, que ampliarán la constelación global de internet rápido y de baja latencia, uno de los proyectos más ambiciosos de SpaceX.

El Falcon 9: pilar de la reutilización orbital

El Falcon 9, que debutó en 2010, se ha convertido en el caballo de batalla de SpaceX y en un referente tecnológico para la industria espacial. En sus primeras versiones, el cohete era desechable, pero tras años de desarrollo y perfeccionamiento, la empresa logró dominar la recuperación controlada de la primera etapa. Así, SpaceX no solo ha abaratado los costes de lanzamiento, sino que ha demostrado la fiabilidad de la reutilización: muchos impulsores ya han volado más de una decena de veces, y algunos se acercan incluso a la veintena de misiones.

El aterrizaje previsto para este sábado, si tiene éxito, será el número 470, una cifra que parecía impensable hace apenas una década y que pone en perspectiva la distancia tecnológica entre SpaceX y el resto de la industria. El aterrizaje se realizará probablemente sobre la barcaza autónoma «Of Course I Still Love You», posicionada en el océano Pacífico, una maniobra ya rutinaria pero de gran complejidad técnica.

Starlink: un salto en la conectividad global

La carga útil de esta misión es otro elemento clave: los satélites Starlink. Con más de 6.000 unidades ya en órbita, la megaconstelación de SpaceX pretende ofrecer acceso a internet en prácticamente cualquier rincón del planeta, revolucionando el sector de las telecomunicaciones y abriendo nuevas oportunidades para comunidades desconectadas. Cada lanzamiento suma decenas de satélites adicionales, que se despliegan en órbitas bajas y forman una red mallada capaz de transmitir datos a velocidades comparables a las de la fibra óptica.

El programa Starlink no está exento de polémicas, especialmente en lo relativo a la congestión orbital y el impacto en la observación astronómica. Sin embargo, SpaceX ha implementado mitigaciones como viseras antirreflejo y maniobras automáticas para evitar colisiones, intentando reducir estos inconvenientes.

Un contexto de competencia internacional

Mientras SpaceX sigue acumulando récords, la competencia internacional busca acelerar el paso. Blue Origin, la empresa fundada por Jeff Bezos, terminó recientemente la integración de su cohete New Glenn, que promete capacidades pesadas y reutilización, aunque aún no ha volado. Por su parte, la NASA sigue confiando en los Falcon 9 y Falcon Heavy para misiones críticas, incluidos suministros a la Estación Espacial Internacional y lanzamientos científicos.

En Europa, la española PLD Space celebró el año pasado el exitoso vuelo de su cohete suborbital Miura 1, abriendo el camino para el desarrollo del Miura 5, un lanzador orbital ligero que podría situarse como alternativa en el mercado de pequeños satélites. Mientras tanto, Virgin Galactic, tras varios vuelos turísticos suborbitales, busca estabilizar su negocio de turismo espacial y preparar la siguiente generación de vehículos reutilizables.

Más allá de la órbita baja: la exploración de exoplanetas

El auge de los lanzamientos comerciales ha facilitado también el despliegue de telescopios espaciales y misiones dedicadas a la búsqueda de exoplanetas. La NASA, la ESA y empresas privadas colaboran en la identificación de planetas potencialmente habitables, empleando satélites como TESS o CHEOPS. El objetivo a medio plazo es detectar atmósferas, analizar su composición y, eventualmente, buscar signos de vida.

El futuro inmediato

El lanzamiento de este sábado no es sólo una operación rutinaria más para SpaceX. Cada misión Starlink, cada aterrizaje exitoso, refuerza la confianza en la reutilización de cohetes y acelera la transición hacia una economía espacial más eficiente y sostenible. La expectación generada por el posible aterrizaje número 470 subraya la importancia de estos hitos tecnológicos para el avance de la exploración espacial global.

El sector espacial, tanto público como privado, se encuentra en una etapa de dinamismo sin precedentes. La carrera por la reutilización, la conectividad global y la exploración de nuevos mundos sigue avanzando, con SpaceX a la cabeza y el resto de actores esforzándose por no quedarse atrás.

(Fuente: Spaceflight Now)