SpaceX y NASA preparan el primer amerizaje de Crew-10 frente a la costa de California

La NASA y SpaceX ultiman los preparativos para una de las maniobras más esperadas de la era moderna de la exploración espacial: el amerizaje de la misión Crew-10 en aguas del Pacífico frente a la costa californiana. Si las condiciones meteorológicas lo permiten, la nave Crew Dragon, que transporta a la tripulación de la misión Crew-10, se desacoplará de la Estación Espacial Internacional (EEI) a las 18:05 (hora peninsular española) del jueves 7 de agosto, con un amerizaje previsto para las 17:58 del viernes 8 de agosto. Este acontecimiento marcará la primera vez que una misión tripulada de la NASA y SpaceX finaliza su viaje en el litoral de California, una decisión estratégica que supone un importante hito logístico y operativo para la agencia espacial estadounidense.
La misión Crew-10, parte del programa Commercial Crew de la NASA, lleva en órbita desde hace varios meses, desarrollando experimentos científicos y tareas de mantenimiento en la EEI. Esta tripulación, compuesta por astronautas de la NASA y socios internacionales, ha continuado la tradición de cooperación global en el espacio, al tiempo que ha probado nuevos sistemas y procedimientos para futuras misiones de larga duración. El regreso a la Tierra, con un amerizaje controlado, es una fase crítica de la misión que pone a prueba tanto la tecnología de la cápsula Crew Dragon como la coordinación entre los equipos de rescate en superficie.
El amerizaje frente a las costas de California representa un cambio significativo respecto a los habituales retornos en el Golfo de México o frente a la costa de Florida. Esta elección responde a diversas razones técnicas y de seguridad. Por un lado, la posición orbital de la EEI y las condiciones atmosféricas durante la ventana de retorno favorecen una trayectoria que culmina en el Pacífico. Por otro, el desarrollo de infraestructuras y capacidades de recuperación en la costa oeste permite diversificar las opciones de rescate, lo que aumenta la resiliencia del programa espacial estadounidense ante posibles contingencias.
SpaceX, la compañía fundada por Elon Musk, se ha consolidado en la última década como un socio fundamental de la NASA en la exploración tripulada. Su nave Crew Dragon, derivada del diseño original Dragon para misiones de carga, ha demostrado una fiabilidad extraordinaria tanto en lanzamientos como en retornos. Desde el primer vuelo tripulado en 2020, SpaceX ha realizado múltiples misiones de rotación de tripulaciones, transportando astronautas de diversas agencias a la EEI. Cada misión ha supuesto mejoras técnicas, desde la autonomía de la nave hasta la seguridad de los sistemas de soporte vital y el confort de los tripulantes.
El éxito de Crew-10 es resultado de años de colaboración público-privada. El programa Commercial Crew fue concebido tras la retirada de los transbordadores espaciales en 2011, con el objetivo de devolver la capacidad de lanzamiento tripulado al suelo estadounidense. Frente a la dependencia de las cápsulas rusas Soyuz, la entrada en escena de SpaceX y, en menor medida, de Boeing con su Starliner, ha supuesto un renacimiento para la industria aeroespacial norteamericana. El hecho de poder elegir distintos puntos de recuperación, como la costa de California, es indicativo del grado de madurez técnica alcanzado por el programa.
Mientras tanto, otros actores del sector espacial siguen avanzando. Blue Origin, la empresa de Jeff Bezos, continúa probando su cápsula suborbital New Shepard y avanza en el desarrollo del cohete orbital New Glenn, mientras que Virgin Galactic consolida sus vuelos turísticos suborbitales. En Europa, la española PLD Space ha logrado importantes hitos con el lanzamiento de su cohete MIURA 1, sentando las bases para una futura participación en misiones de transporte orbital. El creciente interés por los exoplanetas y la exploración más allá de la órbita baja, junto a la proliferación de nuevas agencias públicas y privadas, dibuja un panorama de competencia y colaboración sin precedentes.
El amerizaje de Crew-10 no solo subraya la capacidad técnica de SpaceX y la NASA, sino que también abre la puerta a futuras misiones con perfiles de retorno más flexibles. Esta versatilidad será clave en la próxima década, con la vista puesta en la Luna y Marte, donde la logística de rescate y recuperación cobrará aún mayor importancia. Con cada misión, la humanidad da un paso más hacia una presencia permanente y sostenible más allá de la Tierra.
La llegada de Crew-10 a las aguas del Pacífico será seguida en directo por millones de personas en todo el mundo, recordando que la exploración espacial, lejos de ser un sueño del pasado, es una aventura en constante evolución. El éxito de esta misión refuerza el liderazgo tecnológico de la NASA y SpaceX y consolida el papel de Estados Unidos en la nueva carrera espacial internacional.
(Fuente: NASA)

 
							 
							