SpaceX y ULA se reparten siete nuevos lanzamientos de satélites de seguridad nacional de EE. UU.

La Fuerza Espacial de Estados Unidos, a través de su Space Systems Command, ha adjudicado recientemente siete nuevas misiones de lanzamiento a compañías privadas en el marco de su último ciclo de contratos National Security Space Launch (NSSL). SpaceX, la firma comandada por Elon Musk, será responsable de cinco de estos lanzamientos, mientras que United Launch Alliance (ULA) afrontará los dos restantes. Esta distribución consolida aún más el papel de ambas empresas en la estrategia de defensa y vigilancia estadounidense, reforzando su presencia en un segmento hasta hace poco dominado exclusivamente por entidades gubernamentales.
El anuncio se produce tras un proceso competitivo en el que SpaceX y ULA, las dos grandes protagonistas del mercado de lanzamientos orbitales en Estados Unidos, han demostrado su capacidad técnica, fiabilidad y flexibilidad para responder a las exigentes necesidades del Departamento de Defensa. Estos contratos pertenecen a la Fase 2 del programa NSSL, una iniciativa que busca garantizar el acceso seguro y continuado al espacio para cargas de vital importancia estratégica, como satélites de comunicaciones militares, inteligencia y navegación.
SpaceX: De disruptor a socio clave de la seguridad nacional
El éxito de SpaceX en la obtención de cinco de los siete lanzamientos subraya el meteórico ascenso de la compañía en un sector históricamente reservado a gigantes tradicionales como Boeing o Lockheed Martin (socios fundadores de ULA). Desde su irrupción en la industria espacial, SpaceX ha transformado la dinámica del sector con su enfoque innovador, abaratando costes gracias a la reutilización de sus cohetes Falcon 9 y Falcon Heavy y demostrando una fiabilidad creciente en sus misiones gubernamentales.
La colaboración de SpaceX con la Fuerza Espacial de EE. UU. ha ido intensificándose en los últimos años. Ya en 2020, la empresa fue seleccionada junto a ULA como proveedor principal para lanzamientos de seguridad nacional en la citada Fase 2 del programa NSSL, desplazando a competidores históricos como Northrop Grumman y Blue Origin. Desde entonces, SpaceX ha ejecutado con éxito lanzamientos críticos, como misiones GPS III y satélites de alerta temprana, consolidando su reputación como socio de confianza.
ULA: Experiencia y transición tecnológica
United Launch Alliance, por su parte, mantiene su relevancia en el sector gracias a décadas de experiencia y una tasa de éxito prácticamente impecable. La empresa, resultado de la fusión entre las divisiones de lanzadores orbitales de Boeing y Lockheed Martin, ha sido durante años el principal proveedor de lanzamientos para el gobierno estadounidense, utilizando cohetes como el Atlas V y el Delta IV Heavy.
Sin embargo, ULA se encuentra inmersa en una transición crucial: la sustitución de sus vehículos clásicos por el nuevo Vulcan Centaur, diseñado para ofrecer mayor rendimiento y reducir la dependencia de motores rusos. El Vulcan, cuyo vuelo inaugural tuvo lugar en 2024, aspira a convertirse en un pilar fundamental para futuros lanzamientos de seguridad nacional, combinando tecnología avanzada y costes más competitivos.
El contexto internacional y el auge de las empresas privadas
La decisión de la Fuerza Espacial de repartir los lanzamientos entre SpaceX y ULA responde tanto a la necesidad de diversificar riesgos como a la de fomentar la competencia e innovación. Este enfoque se inscribe en una tendencia global: las agencias espaciales públicas confían cada vez más en actores privados, que han demostrado capacidad para mejorar la eficiencia y acelerar los plazos de desarrollo.
El contexto geopolítico, marcado por la creciente rivalidad con potencias como China y Rusia en el ámbito espacial, ha impulsado a Estados Unidos a reforzar su infraestructura orbital y a garantizar la resiliencia de sus sistemas de comunicación, navegación y vigilancia. Los satélites que serán puestos en órbita en estas nuevas misiones desempeñarán un papel crucial en la defensa de los intereses estadounidenses y de sus aliados.
Europa y el sector privado: El caso español de PLD Space
Mientras tanto, en Europa, el impulso al sector espacial privado también es evidente, aunque a menor escala. Un ejemplo destacado es la empresa española PLD Space, que recientemente ha realizado avances significativos con su cohete Miura 1, el primer lanzador suborbital privado desarrollado íntegramente en España. El éxito de su prueba en Huelva el pasado año ha supuesto un hito para la industria aeroespacial nacional, abriendo la puerta a futuros lanzadores orbitales como el Miura 5.
El auge de empresas como PLD Space, junto a proyectos de Virgin Galactic o Blue Origin, refleja una tendencia imparable hacia la democratización del acceso al espacio y el surgimiento de nuevas oportunidades comerciales y científicas, desde el turismo suborbital hasta la investigación de exoplanetas y la observación remota.
El futuro de la exploración espacial: colaboración y competencia
La colaboración entre agencias públicas y empresas privadas marca el presente y el futuro de la exploración y utilización del espacio. Tanto en Estados Unidos como en Europa y otras regiones, el modelo mixto público-privado se consolida como la vía más eficaz para afrontar los desafíos técnicos, económicos y estratégicos de una nueva era espacial.
En definitiva, la adjudicación de estos siete lanzamientos a SpaceX y ULA no solo refuerza la seguridad nacional estadounidense, sino que también confirma la madurez y dinamismo del sector espacial privado, un ámbito donde la competencia y la innovación seguirán siendo los motores principales del progreso en las próximas décadas.
(Fuente: Spaceflight Now)
