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Un satélite europeo despegó con SpaceX para vigilar el clima y la calidad del aire

Un satélite europeo despegó con SpaceX para vigilar el clima y la calidad del aire

La agencia espacial europea (ESA), en cooperación con la Comisión Europea y EUMETSAT, ha dado un paso crucial para el seguimiento climático y ambiental en nuestro continente con el lanzamiento de su nuevo satélite Meteosat Third Generation Imager-2 (MTG-I2). Esta misión, desarrollada como parte del ambicioso programa Copernicus, permitirá un control sin precedentes de los patrones meteorológicos y la calidad del aire sobre Europa y el norte de África. El satélite fue puesto en órbita este martes 1 de julio mediante un cohete Falcon 9 de SpaceX, que despegó puntualmente a las 23:03 hora peninsular española desde la plataforma de lanzamiento SLC-40 en Cabo Cañaveral.

Un salto tecnológico para la meteorología europea

El MTG-I2 forma parte de la nueva generación de satélites Meteosat, sucesores de los históricos Meteosat de segunda generación que llevan operando desde principios de los años 2000. El objetivo de estos nuevos ingenios es proporcionar datos en tiempo real mucho más precisos y completos, cruciales para la predicción meteorológica, la vigilancia de fenómenos extremos y la gestión de emergencias medioambientales, como incendios forestales o episodios de contaminación.

El satélite, de unos 3,8 toneladas de peso, incorpora instrumentación puntera: destaca su cámara de escaneo rápido, capaz de captar imágenes multiespectrales de la atmósfera cada 10 minutos, y un avanzado detector para monitorizar la concentración de aerosoles y gases contaminantes. Esta capacidad permitirá, por ejemplo, alertar con mayor antelación sobre tormentas severas o analizar la evolución del polvo sahariano que afecta periódicamente a la península ibérica. Además, la información recogida será fundamental para los modelos climáticos a largo plazo y el seguimiento de la crisis climática.

SpaceX, actor clave en el acceso al espacio europeo

El lanzamiento de este satélite con el Falcon 9 de SpaceX subraya la creciente colaboración entre Europa y la empresa estadounidense dirigida por Elon Musk. Aunque la ESA dispone de su propio lanzador, el Ariane 5, la transición hacia el nuevo Ariane 6 y los retrasos en el calendario han hecho que se recurra cada vez más a empresas privadas estadounidenses para poner en órbita cargas europeas críticas.

El Falcon 9, convertido ya en el caballo de batalla de la industria espacial, realizó un lanzamiento impecable, con una primera etapa que aterrizó de nuevo en la plataforma marítima “Just Read The Instructions” para ser reutilizada en futuras misiones. Este modelo de negocio ha revolucionado los costes y la frecuencia de acceso al espacio, permitiendo a instituciones y empresas europeas un acceso flexible y competitivo a la órbita geoestacionaria y baja.

Un contexto internacional en plena ebullición

El lanzamiento del MTG-I2 se produce en un momento de intensa actividad en el sector espacial. En Estados Unidos, la NASA continúa avanzando en sus programas Artemis para el regreso a la Luna, mientras que la creciente constelación de satélites Starlink de SpaceX sigue expandiendo la conectividad global. Blue Origin, la otra gran empresa espacial privada estadounidense, ha anunciado nuevos avances en su cohete New Glenn, que podría debutar este mismo año, y Virgin Galactic prosigue sus vuelos suborbitales comerciales.

En el ámbito europeo, la empresa española PLD Space se prepara para el primer vuelo orbital de su cohete Miura 5, tras el éxito del suborbital Miura 1 el año pasado. Este hito situaría a España en el selecto club de países con capacidad de acceso independiente al espacio, y refuerza la pujanza del sector New Space en nuestro país.

Nuevos horizontes: exoplanetas y vigilancia ambiental

Más allá de la meteorología y la calidad del aire, Europa sigue apostando por la búsqueda de exoplanetas habitables. La misión CHEOPS de la ESA, lanzada en 2019, continúa observando mundos fuera de nuestro sistema solar, y el próximo telescopio Ariel buscará rastros de atmósferas en planetas lejanos. La información combinada de estos programas y de nuevas misiones como el MTG-I2 refuerza la posición europea en la vanguardia de la ciencia espacial y el monitoreo ambiental.

El nuevo satélite Meteosat de tercera generación inaugurado hoy con éxito garantizará durante la próxima década la vigilancia continua del clima y el medio ambiente sobre nuestro continente. Este hito marca un paso más hacia la integración de la observación espacial en la gestión cotidiana de los desafíos climáticos y ambientales que enfrenta Europa y el mundo.

(Fuente: Spaceflight Now)