Zena Cardman, la nueva astronauta de la NASA, se prepara para su primer viaje espacial con SpaceX

Zena Cardman, una de las más recientes incorporaciones al selecto cuerpo de astronautas de la NASA, ultima los detalles de su primera misión en el espacio. En una imagen captada el pasado 22 de marzo de 2024 en el Centro Espacial Johnson de Houston, la joven científica inspeccionaba el espejo de muñeca de su traje espacial, símbolo inequívoco de que su debut en órbita está cada vez más cerca. Cardman ha sido seleccionada para formar parte de la tripulación de la misión Crew-11, una colaboración estratégica entre la NASA y la empresa privada SpaceX, que la llevará rumbo a la Estación Espacial Internacional (ISS).
El espejo de muñeca, aunque pueda parecer un accesorio menor, es en realidad un elemento esencial en el traje espacial. Su función principal es permitir a los astronautas ver los controles, indicadores y etiquetas situados en partes del traje que, debido a las voluminosas y rígidas articulaciones, normalmente quedan fuera de su campo visual. Este pequeño pero vital instrumento ha sido parte de los trajes espaciales desde los primeros paseos lunares del programa Apolo, y sigue siendo indispensable en las actuales misiones de órbita baja.
La misión Crew-11 supone un nuevo hito tanto para Cardman como para la propia historia del vuelo espacial tripulado. Será la primera vez que Cardman abandone la Tierra, cumpliendo el sueño que la impulsó a estudiar biología y geociencias en la Universidad de Carolina del Norte y posteriormente doctorarse en la Universidad Estatal de Pensilvania. Su perfil es especialmente relevante para la NASA, ya que combina una sólida formación en ciencias biológicas con experiencia en el estudio de entornos extremos, un conocimiento crucial para explorar mundos como Marte o las lunas heladas del sistema solar.
El lanzamiento de Crew-11 está previsto desde el legendario Centro Espacial Kennedy, en Florida, utilizando una de las cápsulas Crew Dragon de SpaceX. Este vehículo, desarrollado por la compañía de Elon Musk, ha revolucionado el acceso estadounidense al espacio tras el cese del programa de transbordadores en 2011. Desde la certificación de Dragon para misiones tripuladas en 2020, SpaceX se ha consolidado como el socio preferente de la NASA para el transporte de astronautas a la ISS, permitiendo a Estados Unidos recuperar su autonomía en vuelos espaciales y abriendo la puerta a una nueva era de colaboración entre el sector público y el privado.
La inclusión de Cardman en Crew-11 subraya el compromiso de la NASA de formar equipos multidisciplinares capaces de abordar los retos de la exploración espacial avanzada. Desde la llegada de la primera tripulación permanente a la ISS en el año 2000, la estación ha sido un laboratorio orbital donde se desarrollan experimentos de biología, física, medicina y tecnología. Cardman aportará su experiencia en microbiología y vida en condiciones extremas, participando en investigaciones clave para entender cómo los organismos sobreviven en microgravedad y cómo estos conocimientos pueden aplicarse a futuras misiones interplanetarias.
El papel de compañías como SpaceX y Blue Origin en la carrera espacial contemporánea es cada vez más preponderante. No solo facilitan el acceso regular a la órbita terrestre, sino que también aceleran el desarrollo de tecnologías reutilizables y sostenibles. SpaceX, por ejemplo, ha logrado recuperar y reutilizar las primeras etapas de sus cohetes Falcon 9 en numerosas ocasiones, abaratando los costes de lanzamiento y aumentando la frecuencia de las misiones. Blue Origin, por su parte, avanza en el desarrollo de su cohete New Glenn y colabora con la NASA en el programa Artemis, destinado a devolver astronautas a la Luna antes de que finalice la década.
España también participa activamente en el nuevo auge del sector espacial. La compañía alicantina PLD Space acaba de celebrar el éxito del segundo vuelo de su demostrador suborbital Miura 1, consolidándose como pionera en lanzamientos privados en Europa. Este tipo de iniciativas refuerzan la posición del continente en la industria espacial y abren la puerta a futuras colaboraciones internacionales.
Mientras, la búsqueda de exoplanetas habitables sigue expandiéndose gracias a misiones como TESS de la NASA y el telescopio espacial James Webb, que han permitido identificar mundos potencialmente aptos para la vida más allá del sistema solar. Estos descubrimientos, junto con el avance de la biología espacial, acercan cada vez más la posibilidad de encontrar vida fuera de la Tierra, uno de los grandes sueños de la humanidad.
La próxima misión de Zena Cardman y sus compañeros representa mucho más que un simple relevo en la ISS; es un paso decisivo hacia la consolidación de la presencia humana en el espacio, la integración de nuevas generaciones de científicos y la colaboración entre agencias públicas y empresas privadas. En definitiva, una nueva era dorada para la exploración espacial internacional.
(Fuente: NASA)

 
							 
							