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Auburn lidera la vanguardia en sistemas de soporte vital para Marte en el competitivo RASC-AL de la NASA

Auburn lidera la vanguardia en sistemas de soporte vital para Marte en el competitivo RASC-AL de la NASA

El futuro de la exploración espacial humana ha dado un nuevo paso adelante gracias al éxito del equipo de la Universidad de Auburn, que se ha alzado con el primer puesto en el prestigioso foro de la competición RASC-AL 2025, organizada por la NASA. Este evento, que reúne cada año a los talentos más prometedores de universidades de todo el mundo, desafía a estudiantes de grado y posgrado a idear y desarrollar conceptos revolucionarios capaces de transformar la forma en que la humanidad operará en la Luna, Marte y, en última instancia, más allá de nuestro sistema solar.

El equipo de Auburn conquistó a los jueces con su proyecto titulado “Dynamic Ecosystems for Mars Environmental Control and Life Support Systems (ECLSS) Testing, Evaluation, and Reliability”, centrado en el desarrollo de ecosistemas dinámicos para la evaluación y optimización de sistemas de control ambiental y soporte vital en Marte. Este avance resulta crucial en el contexto actual, donde la sostenibilidad y la fiabilidad de los sistemas de soporte vital se han posicionado como elementos fundamentales para el éxito de las futuras misiones tripuladas a Marte, uno de los principales objetivos a medio plazo de la NASA y otras agencias, como la ESA o la CNSA china.

Desde el inicio de la exploración espacial tripulada, el soporte vital ha sido uno de los mayores retos tecnológicos. En las misiones Apolo, los sistemas eran relativamente simples y dependían en gran medida de suministros que debían ser transportados desde la Tierra. Sin embargo, para misiones prolongadas en la superficie marciana, la autosuficiencia se vuelve imprescindible. El concepto presentado por Auburn integra un enfoque de ecosistema dinámico que permite la monitorización en tiempo real de las condiciones ambientales, la gestión eficiente de recursos como el oxígeno y el agua, y la adaptación a posibles fallos o cambios inesperados en el entorno marciano.

El foro RASC-AL (Revolutionary Aerospace Systems – Academic Linkage) se ha consolidado como una de las principales plataformas de innovación académica en el ámbito aeroespacial. La competición, patrocinada por la NASA, desafía a los equipos a abordar problemas reales que enfrenta la agencia en sus planes de exploración, fomentando la creatividad y el pensamiento crítico. En ediciones anteriores, se han presentado ideas que posteriormente han influido en el diseño de hábitats lunares, sistemas de propulsión avanzada y soluciones para la gestión de residuos en el espacio.

El proyecto de Auburn ha sido especialmente valorado por su enfoque integral y su potencial para ser adaptado a misiones de larga duración, tanto en la Luna como en Marte. Según los detalles técnicos expuestos en el foro, el sistema propuesto combina módulos de cultivo de plantas con tecnologías avanzadas de reciclaje de aire y agua, utilizando inteligencia artificial para optimizar de manera autónoma las condiciones internas y predecir cualquier posible fallo. Este planteamiento no solo garantiza la supervivencia de los astronautas, sino que además reduce la dependencia de suministros terrestres, algo esencial para la viabilidad económica y logística de las misiones interplanetarias.

En el contexto internacional, la carrera por desarrollar tecnologías de soporte vital más eficientes es feroz. Empresas privadas como SpaceX y Blue Origin también están invirtiendo en sistemas similares, conscientes de que el éxito de la colonización de Marte dependerá tanto de la capacidad de transportar personas hasta allí como de mantenerlas vivas y saludables durante meses o incluso años. Por su parte, la NASA ya ha iniciado pruebas de sistemas ECLSS avanzados a bordo de la Estación Espacial Internacional, mientras que la ESA y la agencia japonesa JAXA han desarrollado prototipos de biorreactores y módulos de reciclaje de agua.

Mientras tanto, en España, la empresa alicantina PLD Space ha centrado sus esfuerzos en el desarrollo de lanzadores reutilizables, como el cohete Miura 1, que si bien no está directamente enfocado en soporte vital, sí desempeñará un papel fundamental en el transporte de cargas experimentales, incluido material para probar sistemas ECLSS en condiciones suborbitales o orbitales bajas. Virgin Galactic, por su parte, continúa abriendo el acceso al espacio suborbital para experimentos científicos y tecnológicos, contribuyendo a la validación en vuelo de nuevos sistemas desarrollados por universidades y start-ups.

El avance de Auburn no solo pone de manifiesto el enorme potencial de la colaboración entre el mundo académico y las agencias espaciales, sino que confirma la importancia de invertir en nuevas generaciones de ingenieros y científicos aeroespaciales. A medida que la humanidad se prepara para establecer una presencia permanente fuera de la Tierra, iniciativas como RASC-AL se convierten en verdaderos laboratorios de ideas cuyas repercusiones se sentirán durante décadas.

Con la vista puesta en el regreso a la Luna mediante el programa Artemis y la futura conquista de Marte, el trabajo de equipos como el de Auburn augura un futuro más seguro, sostenible y tecnológicamente avanzado para la exploración humana del espacio profundo.

(Fuente: NASA)