SpaceX logra un nuevo contrato de 81,6 millones de dólares con la Fuerza Espacial de EE.UU. para lanzar un satélite meteorológico en 2027

La Fuerza Espacial de Estados Unidos ha vuelto a confiar en SpaceX para asegurar el lanzamiento de un avanzado satélite meteorológico en el marco de la Fase 3 del programa National Security Space Launch (NSSL). Esta adjudicación, valorada en 81,6 millones de dólares, supone la tercera orden de lanzamiento consecutiva que recibe la compañía de Elon Musk bajo este programa, consolidando así su posición como proveedor estratégico para misiones de defensa y seguridad nacional estadounidenses.
El contrato contempla el lanzamiento del satélite Weather System Follow-on Microwave (WSF-M) de la Agencia Nacional de Reconocimiento (NRO), programado para el año 2027. Esta misión es especialmente crítica, ya que el satélite permitirá mejorar la recolección de datos meteorológicos en áreas de interés militar, garantizando operaciones más seguras y una mejor planificación en entornos globales complejos. El satélite WSF-M forma parte de una nueva generación de plataformas diseñadas para reemplazar los sistemas meteorológicos militares ya obsoletos, como los Defense Meteorological Satellite Program (DMSP), en funcionamiento desde hace varias décadas.
La importancia de este contrato radica en varios aspectos técnicos y estratégicos. Por un lado, la selección de SpaceX para esta misión refleja la confianza en la fiabilidad y la capacidad de adaptación de la familia de lanzadores Falcon, que en los últimos años han demostrado un récord de éxito en misiones tanto gubernamentales como comerciales. Por otro lado, el lanzamiento del WSF-M está destinado a una órbita polar, lo que exige precisión y robustez en la arquitectura del cohete y la gestión de la misión.
El programa NSSL, en su Fase 3, marca un cambio significativo en la política de contratación de lanzamientos espaciales del gobierno estadounidense. Tradicionalmente dominado por consorcios como United Launch Alliance (ULA), el sector ha experimentado en la última década una apertura a nuevas empresas privadas, siendo SpaceX pionera en romper el monopolio y establecer estándares de competitividad y reducción de costes. La actual ronda de contratos busca fomentar la competencia y asegurar la disponibilidad de lanzadores fiables y flexibles para misiones críticas.
Según ha informado la Fuerza Espacial, SpaceX será responsable tanto del vehículo de lanzamiento como de los servicios asociados, incluidos los preparativos de la carga útil y el soporte en tierra. El Falcon 9, o posiblemente el Falcon Heavy dependiendo de los requisitos finales de la misión, será adaptado para asegurar la integración óptima del satélite WSF-M y garantizar su despliegue seguro en la órbita deseada.
La adjudicación de este contrato se suma a una serie de éxitos recientes de SpaceX en el ámbito institucional y gubernamental. No solo ha mantenido un ritmo de lanzamientos comerciales sin precedentes, sino que también ha sido seleccionada para otras misiones emblemáticas de la NASA, como el programa Artemis que planea devolver a seres humanos a la Luna, y colaboraciones con la Agencia Espacial Europea (ESA). Esta tendencia demuestra la madurez alcanzada por la empresa en apenas dos décadas de existencia y su capacidad para competir de tú a tú con gigantes históricos del sector.
El refuerzo de la cooperación entre la Fuerza Espacial estadounidense y SpaceX llega en un momento de creciente tensión geopolítica y de competencia internacional en el acceso y control del espacio. Otras potencias, como China y Rusia, están desarrollando activamente sus propios sistemas de observación y lanzadores, mientras que el sector privado global —incluyendo empresas emergentes europeas como PLD Space en España— busca también hacerse un hueco en el mercado de lanzamientos institucionales y comerciales.
Cabe recordar que el cambio de paradigma en el acceso al espacio no solo afecta a Estados Unidos. En Europa, iniciativas como la de PLD Space con su cohete Miura 1, y los planes de Virgin Galactic y Blue Origin para vuelos suborbitales y turismo espacial, están configurando un ecosistema más diversificado y competitivo, en el que la colaboración público-privada se convierte en la clave para el avance tecnológico y la sostenibilidad de futuras misiones.
Mientras tanto, la exploración de exoplanetas y la búsqueda de vida fuera de la Tierra siguen siendo prioridades para agencias como la NASA y la ESA, que confían cada vez más en el sector privado para el lanzamiento de telescopios espaciales y sondas interplanetarias.
En definitiva, el nuevo contrato adjudicado a SpaceX por la Fuerza Espacial estadounidense refuerza su papel protagonista en la nueva era espacial, marcada por la innovación, la competencia y la colaboración internacional. El lanzamiento del satélite meteorológico WSF-M en 2027 será, sin duda, una cita clave para comprobar hasta dónde pueden llegar las capacidades de la empresa californiana y el futuro de la observación meteorológica militar desde el espacio.
(Fuente: SpaceNews)

 
							 
							