Webb desvela los secretos del interior de la Nebulosa de la Pata de Gato en su tercer aniversario

El telescopio espacial James Webb, buque insignia de la NASA y la agencia espacial europea (ESA), celebra su tercer año de operaciones científicas con una imagen que revela como nunca antes la complejidad del nacimiento estelar en la Nebulosa de la Pata de Gato (NGC 6334). Gracias a su avanzada cámara de infrarrojo cercano (NIRCam), el observatorio ha logrado penetrar las densas capas de polvo interestelar que caracterizan esta región, desvelando la estructura interna de una de sus «almohadillas» o «cojinetes», conocidas popularmente como «toe beans».
La Nebulosa de la Pata de Gato, situada a unos 5.500 años luz de distancia en la constelación de Escorpio, es una de las zonas de formación estelar más activas y estudiadas de la Vía Láctea. Se trata de una inmensa nube molecular donde el gas y el polvo se condensan bajo su propia gravedad para dar origen a nuevos soles, muchos de ellos varias veces más masivos que el nuestro. Hasta la llegada de Webb, la mayor parte de este proceso permanecía oculta a los telescopios ópticos, ya que la luz visible es absorbida por el polvo. Sin embargo, la visión infrarroja de Webb permite atravesar estas barreras y contemplar el corazón mismo de la nebulosa.
La imagen difundida por la NASA y la ESA muestra en detalle una diminuta fracción de la nebulosa: uno de los «dedos» o «almohadillas» donde el proceso de formación estelar es especialmente intenso. Los datos capturados por la NIRCam de Webb permiten distinguir filamentos de gas que se retuercen y fragmentan, núcleos densos en proceso de colapso y estrellas recién formadas que comienzan a iluminar su entorno con potentes vientos y radiación ultravioleta. En la imagen, los colores representan diferentes longitudes de onda del infrarrojo cercano, lo que ayuda a los astrónomos a identificar la composición y temperatura de las estructuras observadas.
El estudio detallado de regiones como la Nebulosa de la Pata de Gato es fundamental para comprender cómo se forman y evolucionan las estrellas masivas, que desempeñan un papel crucial en la dinámica y química de las galaxias. Estas estrellas, aunque escasas, enriquecen el medio interestelar con elementos pesados a través de sus vientos y explosiones de supernova, y suelen ser el origen de sistemas planetarios complejos. La capacidad de Webb para observar en detalle estos procesos marca un antes y un después en la investigación astrofísica.
Desde su lanzamiento en diciembre de 2021, el telescopio James Webb ha revolucionado nuestra visión del universo. No solo ha permitido obtener imágenes sin precedentes de regiones de formación estelar en nuestra galaxia y en otras, sino que también ha detectado atmósferas de exoplanetas, analizado la composición de galaxias lejanas y arrojado luz sobre las primeras etapas del cosmos. La combinación de sus instrumentos, que cubren desde el infrarrojo cercano al medio, y su espejo primario de 6,5 metros, lo convierten en el observatorio espacial más potente jamás construido.
Mientras Webb sigue ampliando los límites de la astronomía, otras agencias y empresas privadas continúan avanzando en la exploración espacial. SpaceX, por ejemplo, ha realizado en los últimos meses varios vuelos de prueba de su cohete Starship, diseñado para el transporte interplanetario y la futura colonización de la Luna y Marte. Blue Origin, la compañía fundada por Jeff Bezos, ha reanudado los vuelos suborbitales de su cápsula New Shepard, orientados tanto al turismo espacial como a experimentos científicos en microgravedad. Por su parte, la española PLD Space ha logrado un hito histórico al lanzar con éxito el primer cohete privado europeo, Miura 1, abriendo nuevas posibilidades para el acceso al espacio desde el continente.
Virgin Galactic, la empresa pionera en turismo espacial suborbital, ha retomado sus misiones comerciales, llevando a bordo tanto turistas como investigadores en vuelos que cruzan la frontera del espacio. Estas iniciativas privadas, junto al impulso de agencias públicas como la NASA y la ESA, están configurando una nueva era en la exploración y explotación del espacio, con el objetivo común de expandir el conocimiento humano y sentar las bases para una presencia permanente fuera de la Tierra.
La imagen de la Nebulosa de la Pata de Gato capturada por el James Webb es una muestra más del poder de la cooperación internacional y de la tecnología punta al servicio de la ciencia. Cada nueva observación desvela capas de misterio en el universo, inspira futuras misiones y nos acerca a comprender nuestro lugar en el cosmos. (Fuente: NASA)

 
							 
							