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Robot saltador de la ESA revoluciona la exploración planetaria con tecnología inspirada en insectos

Robot saltador de la ESA revoluciona la exploración planetaria con tecnología inspirada en insectos

La exploración de cuerpos planetarios con baja gravedad, como la Luna o Marte, podría estar a punto de experimentar una auténtica revolución gracias a un nuevo tipo de robot desarrollado en Europa. En el Laboratorio Robótico Orbital de la Agencia Espacial Europea (ESA), un ingenio robótico equipado con patas ha demostrado con éxito su capacidad para desplazarse saltando de pared en pared, simulando las condiciones de microgravedad y vuelo libre que se encuentran en otros mundos del sistema solar.

La tradicional apuesta por los rovers de ruedas, como los célebres Spirit, Opportunity o Curiosity de la NASA, ha permitido grandes logros en la superficie marciana durante las últimas dos décadas. Sin embargo, estos vehículos se ven limitados por obstáculos abruptos, terrenos rocosos y pendientes pronunciadas, características habituales en las superficies de la Luna, Marte e incluso en asteroides y lunas menores. Frente a estos desafíos, los robots con patas, inspirados muchas veces en la biología de insectos y pequeños mamíferos, ofrecen una versatilidad y capacidad de adaptación superiores.

La más reciente demostración en las instalaciones de la ESA ha contado con un robot saltador desarrollado en colaboración con diversos socios europeos. Este robot, lejos de limitarse a caminar, puede impulsarse con fuerza suficiente como para despegar completamente del suelo y desplazarse en trayectorias balísticas controladas, aprovechando la baja gravedad para recorrer distancias mucho mayores que las que permitiría un paso convencional. Durante los ensayos, el robot ha ejecutado saltos controlados entre superficies verticales, simulando el comportamiento que tendría en un entorno de 1/6 de la gravedad terrestre, semejante a la de la Luna, o incluso en condiciones de microgravedad más extremas.

La clave de este avance reside en el sofisticado sistema de control y navegación del robot, capaz de calcular tanto la fuerza de impulso necesaria como la trayectoria óptima para aterrizar con seguridad en el siguiente punto de apoyo. Además, los sensores integrados permiten al robot analizar el entorno en tiempo real, identificando superficies estables y evitando zonas peligrosas.

El desarrollo de robots con locomoción alternativa no es exclusivo de la ESA. Empresas privadas como SpaceX y Blue Origin han mostrado interés en sistemas autónomos capaces de operar en entornos hostiles, aunque hasta la fecha han centrado sus esfuerzos principalmente en la reutilización de cohetes y el desarrollo de hábitats lunares. Por su parte, la NASA ha invertido en proyectos como el robot saltador «Hopper» y el cuadrúpedo «Astrobee», diseñados para recorrer la superficie de la Luna o el interior de las futuras bases espaciales.

En España, la empresa PLD Space, afincada en Elche, ha destacado en la escena aeroespacial por sus cohetes reutilizables y su objetivo de situar a España en la vanguardia del acceso al espacio. Aunque su enfoque principal es el lanzamiento de pequeños satélites, la tecnología de propulsión desarrollada por PLD Space podría ser adaptada en el futuro para sistemas robóticos saltadores, ampliando las capacidades de exploración planetaria y de cuerpos menores.

Virgin Galactic, más centrada en el turismo suborbital, y otras compañías privadas, como Astrobotic y iSpace, también han propuesto conceptos de robots autónomos para la exploración lunar, aunque sus prototipos suelen apostar por configuraciones de ruedas o cadenas. La apuesta de la ESA por la locomoción basada en saltos y patas robóticas supone, por tanto, una alternativa audaz y prometedora.

La exploración de exoplanetas, aunque aún en fase embrionaria en cuanto a misiones in situ, se beneficiará en el futuro de estos desarrollos robóticos. La posibilidad de enviar sondas y robots capaces de adaptarse a la gravedad y geología de mundos tan diversos como las lunas de Júpiter o Saturno, o incluso planetas rocosos descubiertos por telescopios espaciales como Kepler o TESS, abre la puerta a una nueva era de descubrimientos científicos.

La historia de la robótica planetaria está marcada por hitos como el aterrizaje de la sonda soviética Lunokhod en la Luna en los años setenta, el éxito de los rovers marcianos estadounidenses o la reciente misión china Chang’e en nuestro satélite natural. Sin embargo, la introducción de robots saltadores representa un salto evolutivo, nunca mejor dicho, en el modo en que la humanidad puede interactuar con paisajes alienígenas.

En definitiva, la exitosa prueba del robot saltador de la ESA en condiciones de microgravedad artificial supone un hito en la ingeniería robótica y marca el camino hacia futuras misiones en las que la exploración de lugares antes inaccesibles será una realidad. El avance tecnológico y la colaboración internacional serán claves para que Europa y el resto del mundo sigan ampliando las fronteras del conocimiento más allá de la Tierra.

(Fuente: ESA)