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El X-59 de la NASA: el avión supersónico silencioso se prepara para su primer vuelo

El X-59 de la NASA: el avión supersónico silencioso se prepara para su primer vuelo

La innovación regresa a los cielos: el X-59 QueSST, el avión supersónico silencioso de la NASA, está a punto de alcanzar un hito histórico en la investigación aeroespacial. En el amanecer del 18 de julio de 2025, esta aeronave experimental, fruto de una colaboración entre la NASA y Lockheed Martin en sus legendarias instalaciones de Skunk Works en Palmdale, California, fue fotografiada en la pista antes de una serie de pruebas críticas en tierra. Este escenario marca el inicio de la fase final antes de que el X-59 conquiste el aire con su primer vuelo de prueba.

El X-59 QueSST (Quiet Supersonic Technology) es la respuesta de la NASA a una de las grandes limitaciones del vuelo supersónico: el estruendo sónico. Desde el icónico Concorde, el sueño de viajar más rápido que el sonido se vio frenado no solo por los costos operativos, sino también por la contaminación acústica generada cuando un avión rompe la barrera del sonido. El característico “boom” supersónico obligó a restringir estos vuelos solo sobre el mar, impidiendo su uso comercial sobre zonas habitadas. Ahora, la NASA y sus socios industriales buscan revolucionar el sector con una solución tecnológica que podría reabrir las rutas supersónicas transcontinentales.

La configuración del X-59 es única: su fuselaje estilizado de 30 metros de longitud, sus alas delgadas en forma de delta y una cabina adelantada diseñada para minimizar las ondas de choque, demuestran una arquitectura pensada para reducir drásticamente el estampido sónico. El avión está impulsado por un motor General Electric F414, capaz de llevarlo a velocidades de Mach 1,4 (alrededor de 1.484 km/h) a una altitud de 16.700 metros. Además, el X-59 incorpora un innovador sistema de visibilidad externa (eXternal Vision System, XVS), que sustituye el parabrisas frontal tradicional por cámaras y pantallas, permitiendo un diseño más aerodinámico en la proa.

Durante el mes de julio de 2025, el equipo de Skunk Works completó con éxito las pruebas de rodaje de baja velocidad, destinadas a verificar el comportamiento de los sistemas de dirección en tierra, frenos y tren de aterrizaje. Estas pruebas, esenciales para cualquier aeronave, adquieren aún más relevancia en el caso de un prototipo tan avanzado como el X-59, ya que cualquier anomalía podría comprometer la seguridad durante las fases críticas del despegue y aterrizaje.

Tras superar esta etapa, la aeronave se enfrenta ahora a los ensayos de rodaje a velocidad media y alta. Estas pruebas permitirán evaluar la respuesta del avión al aumentar la velocidad en la pista, simulando condiciones próximas al despegue. Se prestará especial atención al comportamiento aerodinámico, al control de superficies y a la estabilidad direccional, asegurando que todos los sistemas funcionen correctamente antes de autorizar el primer vuelo.

El objetivo final del programa QueSST es demostrar que es posible volar a velocidades supersónicas sobre tierra sin causar molestias acústicas significativas a la población. Para ello, el X-59 sobrevolará diversas zonas urbanas estadounidenses mientras un equipo de la NASA mide la percepción sonora en tierra, con la esperanza de que el “boom” tradicional se convierta en un suave golpe sordo, apenas perceptible y comparable al cierre de una puerta lejana.

Los resultados de estos vuelos experimentales serán presentados a las autoridades regulatorias, como la Administración Federal de Aviación (FAA) y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), con el objetivo de revisar y posiblemente modificar las actuales restricciones sobre el vuelo supersónico comercial sobre tierra. De tener éxito, el X-59 podría allanar el camino para una nueva generación de aviones comerciales rápidos, silenciosos y eficientes, reabriendo el mercado del transporte supersónico que quedó huérfano tras la retirada del Concorde en 2003.

Esta apuesta tecnológica de la NASA se suma a una nueva ola de proyectos aeroespaciales innovadores. Mientras SpaceX y Blue Origin compiten en la carrera por el turismo espacial y el acceso comercial a la órbita baja terrestre, y PLD Space culmina el desarrollo de sus lanzadores reutilizables en España, la investigación sobre exoplanetas y nuevos vehículos espaciales se acelera en agencias públicas y privadas de todo el mundo. En este contexto, el X-59 representa un esfuerzo pionero que podría transformar la aviación civil global en las próximas décadas.

En definitiva, la inminente prueba de vuelo del X-59 en 2025 es mucho más que un avance técnico: podría sentar las bases para una revolución en el transporte aéreo, haciendo realidad el sueño de cruzar continentes en solo unas horas… y sin molestar a nadie en su trayecto. (Fuente: NASA)