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Tripulación de la Shenzhou-20 amplía su misión a bordo de la estación Tiangong-3

Tripulación de la Shenzhou-20 amplía su misión a bordo de la estación Tiangong-3

La agencia estatal china Xinhua ha comunicado, mediante una escueta declaración, que la tripulación de la misión Shenzhou-20 se encuentra en buen estado durante su prolongada permanencia en la estación espacial Tiangong-3. Aunque la información oficial es escasa y de redacción ambigua, se ha confirmado que el regreso a la Tierra, inicialmente previsto para fechas próximas, se retrasará varias semanas, lo que convertirá a esta expedición en la de mayor duración de la historia espacial tripulada de China.

China, que desde el año 2003 se ha consolidado como la tercera nación capaz de enviar humanos al espacio, ha acelerado su programa espacial en la última década. La estación Tiangong-3, también conocida como la Estación Espacial China (CSS, por sus siglas en inglés), es el símbolo de esta ambición: un complejo orbital modular, ensamblado entre 2021 y 2022, y que orbita la Tierra a unos 400 kilómetros de altitud. Su diseño recuerda a la desaparecida Mir rusa y, aunque más compacto que la Estación Espacial Internacional (ISS), cuenta con avanzados laboratorios y sistemas de soporte vital.

La misión Shenzhou-20 despegó el pasado mes de abril desde el Centro de Lanzamiento de Jiuquan, en el desierto de Gobi. A bordo viajaban tres taikonautas, entre ellos la comandante Liu Yang, veterana de misiones espaciales y primera mujer china en el espacio, junto a sus compañeros Zhang Lu y Deng Qingming. Inicialmente, la rotación de las misiones estaba programada para estancias de seis meses, pero la agencia china ha decidido extender esta expedición, presumiblemente para realizar experimentos adicionales y validar el rendimiento de los sistemas de soporte vital en misiones de larga duración.

El secretismo en torno a las operaciones de la agencia espacial china contrasta con la política de comunicación de otras agencias internacionales, como la NASA o la ESA, que ofrecen información detallada y en tiempo real sobre sus tripulaciones. Sin embargo, la estrategia china responde a una tradición de discreción y control informativo, aunque fuentes independientes y filtraciones permiten reconstruir el panorama a grandes rasgos.

La ampliación de la estancia de Shenzhou-20 se produce en un contexto global de intensa actividad espacial. SpaceX, la firma estadounidense liderada por Elon Musk, continúa dominando el sector de lanzamientos comerciales y de transporte tripulado con su cápsula Crew Dragon, actualmente la única alternativa privada para vuelos humanos a la ISS tras la retirada del transbordador estadounidense y el descenso en la actividad de los Soyuz rusos. Además, SpaceX avanza en el desarrollo de Starship, su nave de nueva generación destinada a misiones lunares y, en el futuro, a Marte.

Por su parte, la NASA mantiene su programa Artemis para el regreso de astronautas estadounidenses a la Luna, cuyo próximo vuelo tripulado, Artemis II, está previsto para 2025 tras recientes retrasos. La agencia estadounidense también ha intensificado la búsqueda y caracterización de exoplanetas a través de misiones como TESS y el telescopio espacial James Webb, que recientemente ha ofrecido datos sin precedentes sobre atmósferas planetarias y la formación de sistemas solares lejanos.

En el ámbito europeo, la española PLD Space se ha consolidado como pionera en el desarrollo de lanzadores reutilizables de pequeño tamaño. Su cohete MIURA 1 realizó el pasado año un vuelo suborbital exitoso, marcando un hito para la industria aeroespacial ibérica y abriendo la puerta a futuros lanzamientos orbitales con el MIURA 5. El avance de empresas como PLD Space y la alemana Rocket Factory Augsburg (RFA) demuestra la pujanza de la nueva industria espacial europea, que busca competir con los grandes actores globales.

Otros protagonistas del sector privado, como Blue Origin y Virgin Galactic, han centrado su actividad en el turismo espacial y el desarrollo de tecnologías de lanzamiento reutilizables. Blue Origin, de Jeff Bezos, ha realizado con éxito varios vuelos suborbitales tripulados con su cápsula New Shepard, mientras prepara el debut orbital de su cohete New Glenn. Virgin Galactic, por su parte, continúa ofreciendo vuelos suborbitales a bordo del SpaceShipTwo, democratizando el acceso al espacio para clientes privados y científicos.

En el plano científico, la búsqueda de exoplanetas habitables y el estudio de la vida más allá del Sistema Solar sigue siendo uno de los grandes retos de la astronomía contemporánea. El telescopio James Webb ha identificado moléculas orgánicas complejas en la atmósfera de varios exoplanetas, mientras que los proyectos de observación desde tierra, como el Extremely Large Telescope (ELT) de la ESO en Chile, prometen revolucionar nuestra comprensión del cosmos en los próximos años.

El prolongado vuelo de la Shenzhou-20 no solo refuerza el papel de China como actor central en la exploración tripulada, sino que marca un nuevo capítulo en la carrera por la presencia permanente en la órbita terrestre baja. A medida que la cooperación y la competencia internacional se intensifican, el futuro de la exploración espacial se presenta más dinámico e innovador que nunca.

(Fuente: SpacePolicyOnline.com)