La empresa japonesa ispace fijará en junio de 2025 su segundo intento de alunizaje

La carrera internacional por el regreso a la Luna sigue sumando nuevos y ambiciosos protagonistas. La compañía japonesa ispace, una de las pioneras del sector privado en la exploración lunar, acaba de anunciar que su próxima misión, bautizada con el nombre de RESILIENCE, intentará aterrizar en la superficie de nuestro satélite a partir del 5 de junio de 2025 (hora central europea, CEST). Este anuncio marca un nuevo capítulo en la revitalización de la exploración lunar, un ámbito donde compañías como SpaceX, Blue Origin y Virgin Galactic, junto a agencias públicas como la NASA y la ESA, están disputando el liderazgo tecnológico.
Una nueva oportunidad tras el primer intento fallido
ispace, fundada en 2010 en Tokio, saltó a la fama en 2023 con su misión Hakuto-R Mission 1, que desafortunadamente se estrelló durante la fase final de aproximación a la superficie lunar. A pesar de este revés, la empresa japonesa ha aprendido valiosas lecciones y ha reforzado su compromiso con la conquista de la Luna. RESILIENCE, la segunda misión de ispace, se presenta como una evolución tecnológica respecto a su predecesora, incorporando mejoras en navegación, control de descenso y sistemas de comunicación.
El objetivo principal sigue siendo demostrar la capacidad de una empresa privada para realizar alunizajes suaves y controlados, abriendo así la puerta a futuros contratos de transporte y exploración para clientes institucionales y comerciales. Además, ispace pretende desplegar pequeños instrumentos científicos y experimentos tecnológicos, contribuyendo al conocimiento global sobre la Luna y sus recursos.
Contexto internacional y competencia privada
El renovado interés por la Luna ha propiciado una carrera espacial en la que el sector privado juega un papel protagonista. En Estados Unidos, SpaceX avanza con su programa Starship, que aspira a ser el sistema de lanzamiento y aterrizaje lunar fundamental para el programa Artemis de la NASA, cuyo objetivo es devolver astronautas al satélite antes de que termine la década. Blue Origin, por su parte, fue seleccionada recientemente por la NASA para desarrollar el módulo de aterrizaje lunar Blue Moon, que competirá directamente con el Starship lunar de SpaceX.
En Europa, la ESA colabora con empresas emergentes y consolidadas para desarrollar tecnologías de transporte y exploración lunar, aunque el sector privado europeo todavía está tomando impulso. Un ejemplo destacado es la española PLD Space, que ha logrado avances significativos en el desarrollo de pequeños lanzadores reutilizables, aunque su foco principal, por el momento, no se sitúa en la Luna, sino en el acceso flexible a órbita terrestre baja.
Virgin Galactic, aunque centrada principalmente en el turismo espacial suborbital, no descarta en el futuro diversificar operaciones hacia misiones lunares gracias a su experiencia en vuelos tripulados y reutilización de vehículos.
Desafíos técnicos del alunizaje
El alunizaje controlado sigue siendo uno de los mayores desafíos tecnológicos del sector espacial. La baja gravedad lunar, la ausencia de atmósfera y la irregularidad del terreno exigen sistemas de guiado y propulsión extremadamente precisos. RESILIENCE incorpora sensores de última generación, algoritmos de navegación autónoma y una arquitectura de redundancia que busca minimizar riesgos durante la fase crítica de descenso. El sistema de propulsión, optimizado para maniobras de frenado y aterrizaje suave, es fruto de la experiencia acumulada en la misión anterior.
La misión también servirá para validar tecnologías de gestión energética en condiciones extremas y para probar sistemas de comunicación directa con la Tierra, aspectos clave para futuras misiones tripuladas e iniciativas de minería lunar.
El futuro de la exploración lunar
El éxito de RESILIENCE abriría nuevas posibilidades para ispace y consolidaría el papel de Japón como actor relevante en la exploración espacial. Además, reforzaría la tendencia global hacia la colaboración público-privada en misiones de alta complejidad tecnológica. El creciente interés por los recursos lunares y la perspectiva de establecer bases permanentes en el satélite auguran una década repleta de desafíos y oportunidades para compañías como ispace, SpaceX o Blue Origin.
La cita está marcada para junio de 2025, cuando los ojos de la comunidad espacial internacional volverán a posarse sobre la Luna, esperando que RESILIENCE aterrice con éxito y marque un nuevo hito en la historia de la exploración lunar.
(Fuente: ESA)

 
							 
							