Japón busca unirse a la misión europea para estudiar el asteroide Apophis

La Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) ha dado un importante paso hacia la cooperación internacional en la vigilancia de amenazas cósmicas al solicitar fondos para sumarse a la innovadora misión Ramses (Rapid Apophis Mission for Space Safety), liderada por la Agencia Espacial Europea (ESA). Este proyecto, que está captando la atención de la comunidad científica global, tiene como objetivo principal estudiar en detalle el asteroide Apophis, uno de los objetos cercanos a la Tierra (NEOs) más vigilados debido a su paso extremadamente próximo a nuestro planeta en la próxima década.
La misión Ramses surge como parte de una respuesta coordinada a la creciente preocupación sobre el potencial peligro de los asteroides que cruzan la órbita terrestre. Apophis, descubierto en 2004, saltó a la fama internacional cuando se calculó que existía una pequeña posibilidad de colisión con la Tierra en 2029. Aunque los análisis posteriores descartaron ese riesgo, el interés científico y la necesidad de perfeccionar las técnicas de defensa planetaria han situado a Apophis en el centro de los esfuerzos conjuntos internacionales.
La propuesta de JAXA para involucrarse en Ramses refuerza una tendencia reciente en el sector aeroespacial: la colaboración entre agencias espaciales de diferentes países con el objetivo común de salvaguardar nuestro planeta. Japón ya cuenta con una amplia experiencia en la exploración de asteroides, como demuestran sus exitosas misiones Hayabusa y Hayabusa2, que lograron recoger y traer a la Tierra muestras de los asteroides Itokawa y Ryugu, respectivamente. Estas hazañas han posicionado a la agencia nipona como referente mundial en misiones de retorno de muestras y análisis de cuerpos menores del sistema solar.
Por su parte, la ESA ha intensificado en los últimos años su inversión en misiones de defensa planetaria y monitorización de objetos celestes potencialmente peligrosos. El programa Ramses se enmarca en esta estrategia y propone enviar una nave para sobrevolar Apophis poco antes de su máximo acercamiento a la Tierra, previsto para el 13 de abril de 2029, cuando el asteroide pasará a tan solo unos 31.000 kilómetros de la superficie terrestre, más cerca que muchos satélites geoestacionarios.
El objetivo principal de Ramses es doble: por un lado, realizar observaciones detalladas del asteroide durante su paso cercano y, por otro, recopilar datos que permitan mejorar los modelos de predicción de trayectorias y las estrategias de mitigación de impactos. Entre las tecnologías que podrían embarcarse en la misión se encuentran cámaras de alta resolución, espectrómetros para analizar la composición superficial, y posiblemente experimentos para medir el efecto del campo gravitatorio terrestre sobre la estructura interna del asteroide. La colaboración de Japón podría aportar no solo financiación, sino también instrumentación avanzada y experiencia técnica en la navegación y el muestreo de pequeños cuerpos.
El interés mundial por estudiar Apophis no es casual. El asteroide, de unos 340 metros de diámetro, representa un caso de estudio único para la comunidad científica. Su acercamiento sin precedentes permitirá probar técnicas de observación, caracterización y, en el futuro, incluso desviación de objetos potencialmente peligrosos. Las lecciones aprendidas serán fundamentales para diseñar futuras misiones de defensa planetaria, ámbito en el que la ESA también colabora estrechamente con la NASA, como se evidenció en la misión DART, que a finales de 2022 logró modificar la órbita de un pequeño asteroide como prueba de concepto.
En este contexto de cooperación internacional, países como España también están ganando protagonismo, con empresas como PLD Space desarrollando tecnologías para el acceso al espacio y el lanzamiento de pequeños satélites, herramientas cruciales para la monitorización continua de NEOs. Mientras, gigantes privados como SpaceX y Blue Origin están revolucionando el acceso al espacio, abaratando costes y facilitando el despliegue de nuevas capacidades de observación y respuesta rápida ante amenazas cósmicas.
El posible ingreso de Japón en la misión Ramses no solo fortalecería los lazos entre la ESA y JAXA, sino que también marcaría un nuevo hito en la gestión conjunta de los riesgos espaciales, demostrando que la defensa planetaria es un reto global que requiere la suma de conocimientos, recursos y voluntades de todas las potencias espaciales, públicas y privadas.
En definitiva, la vigilancia y estudio de Apophis será un banco de pruebas fundamental para la tecnología y la cooperación internacional, sentando las bases de un futuro en el que la humanidad pueda anticipar y neutralizar los peligros que acechan desde el espacio profundo. (Fuente: ESA)

 
							 
							