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Estaciones espaciales

China afianza su presencia en órbita con la llegada de la tripulación de Shenzhou-21 a la estación Tiangong

China afianza su presencia en órbita con la llegada de la tripulación de Shenzhou-21 a la estación Tiangong

La carrera espacial global ha sumado un nuevo hito este jueves tras el exitoso lanzamiento y acoplamiento de la misión Shenzhou-21, que ha transportado a tres astronautas chinos a la estación espacial Tiangong. La nave despegó a las 11:44 de la mañana, hora de la costa este estadounidense (17:44 en horario peninsular español), desde el Centro de Lanzamiento de Jiuquan, situado en el desierto de Gobi. En apenas tres horas, la tripulación logró acoplarse al módulo central de la estación, consolidando la capacidad tecnológica de China en vuelos espaciales tripulados y reafirmando su posición como potencia espacial emergente.

Tecnología y precisión: claves del lanzamiento

El lanzamiento se realizó con un cohete Long March 2F, el caballo de batalla del programa tripulado chino, el cual ha demostrado una fiabilidad sobresaliente desde su primer vuelo en 1999. Este vector, de casi 60 metros de altura y 480 toneladas de peso al despegue, está específicamente adaptado para transportar cápsulas tripuladas de la serie Shenzhou. La misión Shenzhou-21 refuerza la confianza en la robusta cadena de suministro aeroespacial china, que ha mantenido un ritmo sostenido de lanzamientos en los últimos años, tanto en el ámbito civil como militar.

La tripulación de esta expedición está compuesta por tres astronautas veteranos del cuerpo de taikonautas chinos, seleccionados por su experiencia en misiones previas y por su formación en operaciones científicas y técnicas. El objetivo principal de este nuevo relevo es realizar experimentos de investigación en microgravedad, así como tareas de mantenimiento y ampliación de la estación, que se encuentra en pleno proceso de expansión.

La consolidación de Tiangong: una estación en crecimiento

La estación espacial Tiangong (que significa «Palacio Celestial» en mandarín) es el ambicioso proyecto orbital de China, destinado a permanecer operativa durante al menos una década. Su diseño modular recuerda a la desaparecida estación rusa Mir y, en menor medida, a la Estación Espacial Internacional (ISS), aunque con una configuración más compacta y eficiente energéticamente. Actualmente, Tiangong cuenta con un módulo central habitado y dos módulos experimentales, a los que se irán sumando nuevas secciones en los próximos años.

El programa Tiangong comenzó con estaciones experimentales de menor tamaño, como Tiangong-1 y Tiangong-2, que sirvieron como bancos de pruebas para acoplamientos automáticos, sistemas de soporte vital y experimentos biológicos. Desde 2021, el módulo Tianhe («Armonía Celestial») es la pieza central de la nueva estación, y ha recibido ya varias tripulaciones y cargueros automáticos Tianzhou con suministros y equipamiento.

Un contexto internacional en plena transformación

El avance chino en órbita terrestre baja se produce en un contexto de intensa actividad internacional. Mientras la Estación Espacial Internacional encara su última década de vida útil, Estados Unidos y Europa concentran sus esfuerzos en proyectos comerciales y en el regreso a la Luna. La NASA lidera el programa Artemis, con SpaceX como socio clave para el desarrollo de naves y módulos lunares, mientras empresas como Blue Origin continúan avanzando en lanzadores reutilizables y sistemas de transporte orbital.

En España, la empresa privada PLD Space ha logrado avances significativos en el desarrollo de pequeños lanzadores reutilizables, con el cohete Miura 1 como punta de lanza y planes para ampliar su alcance con el Miura 5, lo que podría posicionar a la industria española como un actor relevante en el mercado de lanzamientos de pequeño satélite.

A nivel internacional, compañías como Virgin Galactic siguen explorando el turismo espacial suborbital, con vuelos regulares para civiles, aunque su impacto científico es limitado comparado con la investigación que se realiza en estaciones como Tiangong o la ISS. Por otro lado, el descubrimiento de exoplanetas habitables continúa siendo un objetivo prioritario para misiones como el telescopio James Webb de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), que han permitido identificar mundos potencialmente habitables en las cercanías de nuestro sistema solar.

El futuro de la estación Tiangong y la cooperación internacional

Con la estación Tiangong plenamente operativa, China planea abrir la participación a astronautas y científicos de otros países, en un esfuerzo por proyectar su poder blando y establecer alianzas fuera del tradicional eje Estados Unidos-Europa-Rusia. La Agencia Espacial China (CNSA) ha anunciado ya acuerdos de colaboración con naciones emergentes en el campo espacial, lo que podría diversificar y enriquecer la ciencia realizada en la estación.

Mientras tanto, la tripulación de Shenzhou-21 inicia una estancia de seis meses en órbita, durante la cual se espera que realicen experimentos en biomedicina, física de fluidos, observación de la Tierra y desarrollo de nuevas tecnologías para vuelos de larga duración. Su éxito refuerza la posición de China como uno de los pocos países capaces de mantener una presencia humana continua en el espacio, abriendo nuevas vías para la exploración y la cooperación internacional.

El lanzamiento de Shenzhou-21 marca, así, un nuevo capítulo en la historia de la astronáutica y evidencia el dinamismo de un sector espacial en plena transformación, en el que actores públicos y privados de todo el mundo compiten y cooperan por la conquista del espacio.

(Fuente: SpacePolicyOnline.com)