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Europa refuerza su independencia espacial con la misión ExoMars y mira más allá de Marte

Europa refuerza su independencia espacial con la misión ExoMars y mira más allá de Marte

La Agencia Espacial Europea (ESA) avanza a paso firme en los preparativos de la misión ExoMars/Rosalind Franklin, cuyo lanzamiento está previsto para 2028. Tras años de retrasos e incertidumbres —especialmente tras la ruptura de la colaboración con Rusia por la guerra en Ucrania— la ESA ha decidido apostar por sus propios medios y tecnologías para asegurar la continuidad de su programa marciano y afianzar su autonomía en la exploración del espacio profundo.

**ExoMars: una odisea de perseverancia y cambios tecnológicos**

La misión ExoMars empezó a gestarse hace más de una década como una colaboración entre la ESA y Roscosmos, la agencia espacial rusa. El objetivo principal es enviar a Marte el rover Rosalind Franklin, diseñado para buscar signos de vida pasada bajo la superficie marciana utilizando un taladro capaz de alcanzar los dos metros de profundidad. La misión también pretende analizar la composición química y mineralógica del subsuelo, aportando datos cruciales para comprender la habitabilidad del planeta rojo.

Tras el estallido del conflicto en Ucrania en 2022, la ESA suspendió la cooperación con Rusia, que debía aportar el módulo de aterrizaje Kazachok y el lanzamiento mediante un cohete Proton. Esta decisión obligó a la agencia europea a replantear completamente la arquitectura de la misión, optando por desarrollar sus propios sistemas de aterrizaje y buscar alternativas de lanzamiento. En 2023, la ESA anunció una colaboración con la NASA para el desarrollo de un nuevo sistema de descenso y aterrizaje, así como la utilización de un cohete estadounidense para poner la nave rumbo a Marte.

**El renacimiento de la industria espacial europea**

Este giro forzado ha supuesto una oportunidad para la industria espacial europea. Empresas y centros de investigación de países como Francia, Italia, Alemania y España han intensificado su participación en el diseño y fabricación de componentes críticos para la misión. El nuevo módulo de aterrizaje incorpora tecnología de navegación autónoma, sensores de altitud por radar y sistemas de retropropulsión desarrollados íntegramente en Europa.

Mientras tanto, la ESA también ha impulsado el desarrollo de lanzadores propios, como el Ariane 6, que podría jugar un papel clave en futuras misiones interplanetarias. El caso de PLD Space, la startup española que a finales de 2023 logró el primer lanzamiento exitoso de su cohete Miura 1, demuestra la pujanza del sector privado europeo y su capacidad para competir en el mercado internacional del lanzamiento de satélites.

**Inspiración y competencia global**

En paralelo, las recientes hazañas de SpaceX y Blue Origin en Estados Unidos, así como el crecimiento de la industria espacial china, han servido de acicate para Europa. SpaceX ha revolucionado el sector con sus cohetes reutilizables Falcon y la nave Starship, que aspira a llevar carga y humanos a Marte antes de que acabe la década. Blue Origin, por su parte, avanza en el desarrollo del cohete New Glenn y colabora con la NASA en el programa Artemis para el regreso a la Luna.

Mientras, la NASA continúa liderando la exploración marciana con el rover Perseverance y el helicóptero Ingenuity, buscando muestras que serán recogidas por futuras misiones de retorno a la Tierra en colaboración con la ESA. La agencia estadounidense también ha ampliado la búsqueda de exoplanetas con telescopios como TESS y el James Webb, que han permitido detectar atmósferas potencialmente habitables en mundos lejanos.

Virgin Galactic, la compañía de Richard Branson, sigue apostando por el turismo suborbital, mientras que otras startups del sector privado exploran nuevas formas de abaratar y democratizar el acceso al espacio.

**El futuro de Europa en Marte y más allá**

La ESA ve la misión ExoMars/Rosalind Franklin como el primer paso de una nueva era. El éxito de la misión no solo supondrá un hito científico, sino que consolidará la capacidad europea para diseñar, construir y operar misiones interplanetarias sin depender de socios externos. El aprendizaje técnico y la experiencia acumulada servirán de base para futuros proyectos, como misiones de retorno de muestras, exploración de lunas heladas o el estudio en profundidad de exoplanetas.

En este contexto, la autonomía estratégica se ha convertido en una prioridad para Europa. La ESA y sus socios nacionales trabajan en el desarrollo de nuevas tecnologías de propulsión, sistemas de inteligencia artificial para la navegación y la toma de decisiones, y protocolos de cooperación internacional que permitan compartir riesgos y beneficios.

Con la mirada puesta en el futuro, Europa se prepara para ser un actor protagonista en la exploración del Sistema Solar. La misión ExoMars y el refuerzo de la industria espacial continental son el reflejo de una ambición renovada: no solo llegar a Marte, sino hacerlo en sus propios términos y con voz propia en la nueva carrera espacial global.

(Fuente: Space Scout)