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Aterrizaje más seguro: NASA investiga nuevos materiales para taxis aéreos eléctricos

Aterrizaje más seguro: NASA investiga nuevos materiales para taxis aéreos eléctricos

La industria aeroespacial se encuentra inmersa en una revolución silenciosa: la llegada de los taxis aéreos eléctricos y otras aeronaves de nueva generación está cada vez más cerca. Sin embargo, la innovación tecnológica plantea retos fundamentales, entre ellos garantizar la máxima seguridad de los pasajeros. Conscientes de esta necesidad, los ingenieros de la NASA han intensificado sus investigaciones sobre materiales avanzados y diseños estructurales que mejoren la resistencia de estos vehículos ante posibles accidentes.

El pasado 26 de junio de 2025, el Centro de Investigación Langley de la NASA, ubicado en Hampton, Virginia, fue escenario de un ensayo crucial para el futuro de la movilidad aérea urbana. En este centro, expertos de la agencia estadounidense llevaron a cabo una serie de pruebas de impacto, dejando caer prototipos de cabinas de taxis aéreos fabricados con materiales compuestos innovadores. El objetivo: obtener datos precisos sobre el comportamiento de estas estructuras en escenarios de accidente, una información esencial para el desarrollo de normativas y estándares internacionales de seguridad.

El auge de los taxis aéreos eléctricos

El desarrollo de aeronaves eléctricas de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL) es una de las tendencias más disruptivas del sector aeroespacial. Empresas como Joby Aviation, Lilium o Archer Aviation, junto a gigantes como Airbus y Boeing, están invirtiendo miles de millones de dólares en el diseño de estos vehículos, que prometen transformar el transporte urbano. Se espera que los primeros servicios comerciales puedan operar en la próxima década, abriendo la puerta a viajes rápidos, silenciosos y sostenibles sobre el caótico tráfico de las grandes ciudades.

Sin embargo, la introducción de estos nuevos vehículos en el espacio aéreo urbano implica retos inéditos en términos de certificación, seguridad y fiabilidad. A diferencia de los aviones tradicionales, los eVTOL emplean materiales compuestos ligeros como la fibra de carbono, que ayudan a reducir el peso y mejorar la eficiencia energética. Pero aún se desconoce cómo responden estos materiales ante impactos violentos o fuerzas extremas.

Ensayos pioneros en Langley

Para arrojar luz sobre estas incógnitas, la NASA ha puesto en marcha una ambiciosa campaña de pruebas en su instalación de Langley. En la prueba más reciente, los ingenieros dejaron caer una réplica de cabina de taxi aéreo desde varios metros de altura sobre una plataforma especialmente instrumentada. Equipados con sensores de última generación, los maniquíes situados en el interior permitieron medir con precisión las aceleraciones y fuerzas a las que serían sometidos los pasajeros en caso de accidente.

El enfoque de la NASA no solo se centra en la resistencia de la estructura, sino también en la absorción de energía por parte de los materiales y la protección de los ocupantes. Los investigadores están evaluando diversas configuraciones de asientos, cinturones de seguridad y revestimientos interiores que puedan minimizar el riesgo de lesiones graves. Además, se están comparando distintas formulaciones de materiales compuestos para identificar aquellas que ofrezcan el mejor compromiso entre ligereza y capacidad de absorción de impactos.

Un legado de innovación en seguridad

Estos experimentos beben de una larga tradición del centro Langley en materia de seguridad aeronáutica. Desde la década de 1970, sus instalaciones han sido pioneras en el desarrollo de tecnologías de protección para la aviación comercial y militar, incluyendo los primeros sistemas de airbag para helicópteros y aviones ligeros. Ahora, la experiencia acumulada se transfiere al reto de la movilidad aérea urbana, un campo que aún carece de estándares internacionales claros.

La colaboración de la NASA con otros actores del sector es clave para que los resultados tengan un impacto global. Los datos generados durante las pruebas serán compartidos con la Administración Federal de Aviación estadounidense (FAA), la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y los principales fabricantes de eVTOL. De este modo, se espera que las lecciones aprendidas sirvan de base para futuras regulaciones y ayuden a acelerar la certificación de estos vehículos revolucionarios.

El futuro de la movilidad aérea

El interés en la seguridad de los taxis aéreos no es exclusivo de la NASA. Otras agencias, como la Agencia Espacial Europea (ESA) y empresas privadas como SpaceX y Blue Origin, también están experimentando con nuevas soluciones estructurales que podrían aplicarse tanto en aeronaves como en vehículos espaciales reutilizables. El aprendizaje cruzado entre sectores es fundamental para afrontar los desafíos de una movilidad aérea cada vez más diversa y compleja.

En última instancia, la apuesta por materiales avanzados y diseños inteligentes no solo garantizará vuelos más seguros, sino que también contribuirá a hacer realidad el sueño de ciudades conectadas por el aire. A medida que los taxis aéreos y otras aeronaves eléctricas se aproximan a su debut comercial, iniciativas como la de la NASA son esenciales para que la innovación tecnológica nunca vaya por delante de la seguridad de los pasajeros.

(Fuente: NASA)