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Dos ingenieros de la NASA reciben el prestigioso premio Sammies por su labor clave en la exploración espacial

Dos ingenieros de la NASA reciben el prestigioso premio Sammies por su labor clave en la exploración espacial

En el panorama de la investigación aeroespacial, la labor de los empleados públicos suele quedar eclipsada por los grandes logros de las misiones y las hazañas de las naves espaciales. Sin embargo, cada avance, cada descubrimiento y cada éxito técnico descansan sobre los hombros de profesionales dedicados cuya contribución resulta esencial. En este contexto, dos ingenieros de la NASA han sido reconocidos con uno de los premios más prestigiosos del sector público estadounidense: las Medallas Samuel J. Heyman al Servicio de América, conocidas popularmente como los “Sammies”.

Rich Burns, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, y John Blevins, del Centro Marshall de Vuelos Espaciales en Alabama, han sido galardonados por su trabajo excepcional en el desarrollo de tecnología espacial y su impacto en los grandes retos científicos y técnicos de Estados Unidos.

El legado de los Sammies: excelencia y servicio público

Desde su creación en 2002, los Sammies han servido para poner en valor la excelencia, la dedicación y la innovación de los empleados federales estadounidenses. El galardón reconoce a aquellos que, a través de su labor, abordan algunos de los mayores desafíos del país, ya sea en ciencia, salud, seguridad o tecnología. Para la NASA, una organización cuya misión es expandir los límites del conocimiento humano y la exploración espacial, la inclusión de sus empleados entre los galardonados subraya la relevancia de su trabajo y la trascendencia de sus avances.

Rich Burns: pionero en la gestión de misiones espaciales

Rich Burns, ingeniero veterano del Goddard Space Flight Center, ha jugado un papel fundamental en la gestión y desarrollo de varias misiones espaciales clave para la NASA. Con más de tres décadas de servicio, Burns ha dirigido equipos responsables de la planificación, el diseño y la ejecución de proyectos científicos de gran envergadura, como el telescopio espacial James Webb (JWST) y la misión OSIRIS-REx, que recientemente trajo muestras del asteroide Bennu a la Tierra tras una compleja operación de recolección y retorno.

En el caso del JWST, considerado el sucesor del mítico Telescopio Espacial Hubble, Burns y su equipo afrontaron retos técnicos sin precedentes. El despliegue del telescopio, realizado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, exigió una precisión extrema y una coordinación milimétrica de sistemas, desde el escudo térmico multicapa hasta la calibración de los espejos dorados de 6,5 metros de diámetro. El éxito de esta misión abre la puerta a una nueva era en la observación del cosmos, con la posibilidad de estudiar exoplanetas en busca de indicios de vida y profundizar en los orígenes del universo.

John Blevins: innovación en los sistemas de propulsión

Por su parte, John Blevins ha desempeñado un papel crucial en el desarrollo de los motores del sistema de lanzamiento espacial (SLS, por sus siglas en inglés), el cohete más potente construido hasta la fecha por la NASA y pieza fundamental del programa Artemis para el regreso de astronautas a la Luna y, a medio plazo, a Marte. Blevins ha liderado equipos de ingenieros en la optimización de los motores RS-25, herederos del transbordador espacial, y en la integración de tecnologías avanzadas que permiten reducir costes y aumentar la fiabilidad de los lanzamientos.

La importancia de estos avances no solo radica en los logros técnicos, sino en su impacto en la competitividad de Estados Unidos frente a otras potencias y empresas privadas del sector, como SpaceX y Blue Origin. El SLS, junto a la nave Orion, constituye la columna vertebral de las futuras misiones tripuladas y no tripuladas que marcarán la próxima década de la exploración más allá de la órbita terrestre.

Un contexto de cambio y colaboración global

El reconocimiento a Burns y Blevins llega en un momento de efervescencia para la exploración espacial. Empresas privadas como SpaceX, con su revolucionario cohete Starship, y Blue Origin, impulsando la reutilización de lanzadores, están redefiniendo los límites de lo posible. Europa, con la española PLD Space y su cohete Miura 1, y Virgin Galactic abriendo el turismo suborbital, muestran cómo la colaboración público-privada y la innovación transversal están abriendo nuevas rutas hacia el espacio.

Al mismo tiempo, el descubrimiento de exoplanetas y el desarrollo de telescopios cada vez más potentes están acercando a la humanidad a la respuesta de la gran pregunta: ¿estamos solos en el universo? Sin el trabajo minucioso y a menudo silencioso de ingenieros como Burns y Blevins, estos avances serían impensables.

En definitiva, el galardón de los Sammies no solo reconoce trayectorias individuales, sino que ensalza el valor de la ciencia y la tecnología como motores de progreso y cooperación global. Así, la NASA celebra el talento y la entrega de sus empleados, conscientes de que cada paso hacia las estrellas es fruto del esfuerzo colectivo.

(Fuente: NASA)