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El enigma de los magnetares: los objetos más magnéticos del universo deslumbran con la energía de mil soles

El enigma de los magnetares: los objetos más magnéticos del universo deslumbran con la energía de mil soles

En un reciente avance científico, el satélite IXPE (Imaging X-ray Polarimetry Explorer), fruto de la colaboración entre la NASA y la Agencia Espacial Italiana (ASI), ha arrojado nueva luz sobre uno de los fenómenos más extremos del cosmos: la fulgurante emisión de energía de los magnetares. Estos objetos, catalogados entre los más magnéticos del universo conocido, han sido durante décadas un misterio para la astrofísica moderna.

Los magnetares son un tipo particular de estrella de neutrones, remanentes ultradensos de estrellas masivas que han agotado su combustible nuclear y colapsado tras una supernova. Sin embargo, lo que distingue a los magnetares de otros miembros de su familia es la intensidad bestial de su campo magnético, capaz de superar en miles de veces al de cualquier otro objeto conocido. Para hacerse una idea, el campo magnético de un magnetar puede ser hasta un billón de veces más fuerte que el de la Tierra.

Pero no es solo su magnetismo lo que fascina a los científicos. Los magnetares son capaces de liberar, en apenas unos segundos, una cantidad de energía equivalente a la que mil soles emiten en el mismo intervalo de tiempo. Estas gigantescas erupciones, conocidas como “estallidos de rayos X y gamma”, han sido detectadas ocasionalmente desde la Tierra, pero hasta ahora su mecanismo interno permanecía sumido en el misterio.

La misión IXPE, lanzada en diciembre de 2021, está diseñada precisamente para desentrañar los secretos de estas emisiones energéticas. Equipado con telescopios de polarimetría de rayos X, IXPE permite a los científicos analizar no solo la intensidad y la frecuencia de la radiación, sino también su polarización, es decir, la orientación de las ondas electromagnéticas. Esta información es clave para reconstruir los procesos físicos que tienen lugar en estos escenarios extremos.

Los primeros resultados de IXPE han demostrado que, durante un estallido, la polarización de los rayos X emitidos por el magnetar cambia de forma abrupta, lo que sugiere una reconfiguración violentísima de su campo magnético. Esta observación respalda la teoría de que los estallidos de los magnetares se producen cuando su campo magnético, extremadamente retorcido y tenso, se reorganiza bruscamente, liberando enormes cantidades de energía en el proceso.

Históricamente, los magnetares fueron propuestos en la década de 1990 como explicación para una serie de estallidos de rayos gamma detectados por satélites como el BATSE, a bordo del Compton Gamma Ray Observatory de la NASA. Sin embargo, hasta la llegada de la polarimetría de rayos X de IXPE, los detalles del proceso energético y magnético seguían sin dilucidarse con claridad.

El descubrimiento tiene además profundas implicaciones para nuestra comprensión de la física fundamental. Las condiciones extremas de los magnetares, donde las densidades y los campos magnéticos alcanzan valores imposibles de recrear en la Tierra, ofrecen un laboratorio natural para estudiar el comportamiento de la materia en estados exóticos y, potencialmente, para poner a prueba teorías avanzadas como la electrodinámica cuántica.

Mientras que la NASA y la ASI celebran estos avances, otras agencias y empresas privadas continúan impulsando la exploración espacial desde diferentes frentes. SpaceX, la empresa de Elon Musk, sigue avanzando en el desarrollo de su vehículo Starship, con la vista puesta en misiones a la Luna y Marte. Blue Origin, de Jeff Bezos, también progresa con su módulo lunar Blue Moon, seleccionado para el programa Artemis de la NASA. Por su parte, la española PLD Space ha realizado nuevos ensayos con su cohete Miura 1, consolidando a España como actor emergente en el sector aeroespacial.

En paralelo, la búsqueda de exoplanetas habitables se intensifica. El telescopio espacial James Webb, de la NASA y la ESA, ha comenzado a analizar atmósferas de planetas lejanos en busca de signos de vida, mientras que la agencia japonesa JAXA y la Agencia Espacial China exploran posibles misiones conjuntas a asteroides y la Luna.

En este contexto de colaboración internacional y avances tecnológicos, el estudio de los magnetares gracias a IXPE representa un paso crucial en el entendimiento de la astrofísica de alta energía. Cada nueva observación no solo acerca a la humanidad a desvelar los misterios del universo, sino que también inspira a las próximas generaciones de científicos e ingenieros que, desde empresas privadas y agencias públicas, trabajan para ampliar las fronteras del conocimiento.

Así, la ciencia continúa desvelando los secretos más profundos del cosmos, mostrando que, incluso ante los fenómenos más extremos, la curiosidad y la cooperación internacional siguen siendo las principales fuerzas motoras del progreso humano en el espacio.

(Fuente: NASA)