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El telescopio Roman de la NASA avanza hacia su misión: completada la instalación de protectores solares clave

El telescopio Roman de la NASA avanza hacia su misión: completada la instalación de protectores solares clave

El Telescopio Espacial Nancy Grace Roman, uno de los proyectos más ambiciosos de la NASA para la próxima década, ha alcanzado un importante hito en su proceso de ensamblaje. Los técnicos han logrado instalar con éxito dos escudos solares en el segmento interno del observatorio, un paso crucial para garantizar el funcionamiento óptimo de los delicados instrumentos científicos que compondrán el corazón de la misión.

Este telescopio, que lleva el nombre de la pionera en astronomía infrarroja Nancy Grace Roman, está diseñado para explorar el universo en longitudes de onda infrarroja con una precisión sin precedentes. Para lograrlo, es fundamental mantener sus instrumentos a temperaturas extremadamente bajas y estables, evitando así la interferencia térmica que podría distorsionar la captura de datos sensibles. Los recién instalados paneles forman parte de un sistema mayor denominado Lower Instrument Sun Shade (LISS), que incluye también el Solar Array Sun Shield y el Deployable Aperture Cover. Juntos, estos elementos protegerán la instrumentación del calor y la radiación solar.

El Roman se basa en la experiencia previa de misiones como el Telescopio Espacial Hubble y el Telescopio Espacial James Webb. Si bien el Webb, lanzado por la NASA y la ESA en diciembre de 2021, revolucionó el estudio del cosmos profundo con su gran escudo solar y su capacidad para captar luz infrarroja, el Roman está optimizado para realizar estudios de campo amplio, observando regiones extensas del cielo con una resolución comparable a la del Hubble. Este enfoque permitirá a la comunidad científica cartografiar la estructura a gran escala del universo, estudiar la evolución de galaxias y buscar exoplanetas a través del método de microlente gravitacional.

La importancia de los sistemas de protección solar en telescopios espaciales no puede subestimarse. En el caso del Roman, el LISS se encargará de bloquear la mayor parte de la radiación solar directa, permitiendo que los instrumentos mantengan una temperatura estable cercana a los -80 grados Celsius. Este entorno térmico controlado es esencial para la sensibilidad de los detectores infrarrojos, que serán capaces de captar señales extremadamente débiles provenientes de estrellas y galaxias lejanas, así como de planetas que orbitan otras estrellas.

La instalación de estos componentes es fruto de años de trabajo de ingeniería y pruebas rigurosas. Los técnicos han utilizado materiales avanzados y técnicas de ensamblaje de alta precisión para garantizar que los escudos solares se desplieguen y funcionen correctamente una vez que el telescopio se encuentre en el espacio. La integración exitosa de estos elementos representa un paso más hacia el lanzamiento, que está previsto para mediados de esta década.

El contexto internacional en la exploración espacial actual está marcado por una intensa competencia y colaboración entre agencias públicas y empresas privadas. Mientras la NASA avanza con proyectos como el Roman y el Artemis para el regreso a la Luna, SpaceX continúa acumulando éxitos con su programa Starship, que promete revolucionar la exploración interplanetaria con vehículos reutilizables de gran capacidad. Blue Origin, por su parte, también ha anunciado avances en el desarrollo de su módulo lunar Blue Moon y mantiene su apuesta por el turismo espacial.

En Europa, la empresa española PLD Space ha logrado hitos notables recientemente, como el lanzamiento exitoso del cohete MIURA 1, abriendo la puerta a una mayor participación del sector privado en la carrera espacial. Virgin Galactic continúa realizando vuelos suborbitales turísticos, consolidando el acceso comercial al espacio para civiles. Por su parte, la ESA y la Agencia Japonesa (JAXA) colaboran en ambiciosas misiones para el estudio de exoplanetas y la exploración de asteroides.

En cuanto a la búsqueda de planetas fuera del Sistema Solar, el Roman jugará un papel fundamental. Su capacidad para detectar y caracterizar exoplanetas mediante microlentes permitirá ampliar significativamente el censo de mundos potencialmente habitables, complementando los trabajos realizados por telescopios como el Kepler, el TESS de la NASA o el CHEOPS de la ESA.

Con la instalación de los nuevos escudos solares, el Telescopio Espacial Nancy Grace Roman se prepara para una de las misiones más prometedoras de la próxima década. Su combinación de tecnología avanzada y objetivos científicos ambiciosos lo convierten en una pieza clave para desvelar los secretos del universo infrarrojo y continuar la tradición de exploración impulsada por la colaboración internacional en el ámbito espacial.

La finalización de este hito técnico acerca a la humanidad un poco más al siguiente gran salto en el conocimiento del cosmos, demostrando una vez más que la innovación y la cooperación son las bases del progreso en la exploración espacial.

(Fuente: NASA)