Francia apuesta por el repostaje espacial: CNES impulsa la tecnología criogénica en órbita

El pasado 26 de mayo, la Agencia Espacial Francesa (CNES) lanzó una convocatoria de propuestas dirigida al desarrollo de una demostración en órbita del almacenamiento y repostaje de propelentes criogénicos, dando así un paso decisivo hacia la revolución del transporte espacial europeo. La iniciativa, bautizada como CRYOSTARS (CRYOgenic Storage and Transfer for Advanced Rocket Systems), se enmarca dentro del programa Priority Innovation Vectors, concretamente bajo el área de Soluciones de Transporte Espacial de CNES.
El objetivo principal de CRYOSTARS es promover el desarrollo de tecnologías que permitan almacenar y transferir combustibles criogénicos en el entorno espacial, una capacidad hasta ahora limitada y que supondría un salto cualitativo para futuras misiones de larga duración, tanto tripuladas como robóticas. El repostaje en órbita, especialmente con propelentes criogénicos como hidrógeno y oxígeno líquidos, es un reto técnico de gran calado, ya que estos materiales deben mantenerse a temperaturas extremadamente bajas para conservar su estado líquido y evitar la evaporación, algo especialmente desafiante en el vacío espacial.
La iniciativa francesa busca posicionar a Europa en una carrera tecnológica que ya lideran actores internacionales como la NASA y empresas privadas estadounidenses. La NASA, por ejemplo, lleva años investigando tecnologías de transferencia de combustible en órbita a través de programas como el Robotic Refueling Mission o las pruebas realizadas en la Estación Espacial Internacional. Por su parte, SpaceX ha manifestado abiertamente su interés en esta tecnología, clave para sus planes de llevar la nave Starship hasta Marte, donde será necesario repostar en el espacio antes de emprender el viaje interplanetario.
Blue Origin, la empresa fundada por Jeff Bezos, también ha mostrado avances en la manipulación de hidrógeno líquido y oxígeno líquido para sus vehículos, mientras que Virgin Galactic se centra más en el turismo suborbital, aunque no descarta adentrarse en misiones orbitales en el futuro. En el entorno europeo, destaca la española PLD Space, que ha sido pionera en el desarrollo de lanzadores reutilizables ligeros, aunque hasta ahora no ha anunciado proyectos relacionados con el repostaje en órbita.
La importancia estratégica de dominar el repostaje espacial es evidente: permitiría la reutilización de etapas superiores de lanzadores, la extensión de la vida útil de satélites y la realización de misiones más ambiciosas y flexibles, reduciendo significativamente los costes y abriendo la puerta a una infraestructura espacial más robusta y sostenible. Además, este tipo de tecnología sería fundamental para futuras misiones de exploración lunar y marciana, donde los vehículos necesitarán repostar para regresar a la Tierra o continuar hacia otros destinos.
La convocatoria de CNES se dirige tanto a empresas como a centros de investigación europeos, y busca seleccionar propuestas capaces de demostrar, en un entorno real, la viabilidad de almacenar y transferir propelentes criogénicos en órbita. Entre los retos tecnológicos a resolver se encuentran el aislamiento térmico de los tanques, la gestión del gas evaporado y el diseño de sistemas de acoplamiento y transferencia sin fugas ni pérdidas.
Históricamente, la industria aeroespacial europea ha dependido de lanzadores desechables y misiones de una sola etapa, lo que limita el alcance y la flexibilidad de las operaciones espaciales. Iniciativas como CRYOSTARS reflejan un cambio de paradigma y un claro esfuerzo por situar a Europa en la vanguardia tecnológica, compitiendo de tú a tú con gigantes como SpaceX o la NASA. El desarrollo de capacidades autónomas en repostaje y almacenamiento criogénico también responde a la necesidad de garantizar la soberanía europea en el acceso y uso del espacio, especialmente en un contexto internacional cada vez más competitivo.
El éxito de esta iniciativa podría consolidar una nueva generación de sistemas de transporte espacial europeo, más sostenibles y eficientes, y abrir nuevas oportunidades para la industria del continente en el mercado global. Además, sentaría las bases para futuras colaboraciones internacionales en grandes misiones de exploración y asentamiento humano fuera de la Tierra.
En definitiva, la apuesta de CNES por el repostaje criogénico en órbita marca un hito en la estrategia espacial europea, apuntando hacia un futuro en el que la infraestructura y la logística orbital serán tan fundamentales como los propios lanzadores. (Fuente: European Spaceflight)

 
							 
							